Son mujeres y hombres que cumplen condena en los penales de la capital entrerriana, pero que miran el mañana en que volverán a reinsertarse en la sociedad. Y cuando ese día llegue tendrán conocimientos para aprovechar la nueva oportunidad, en el marco de un proyecto de capacitación productiva que el INTA lleva adelante junto a las autoridades penitenciarias entrerrianas.
Son treinta reclusos que protagonizan este proyecto productivo, que les da herramientas de formación, pero que también tiene una faceta importante: apuntalar la alimentación cotidiana de los internos de la unidad penal paranaense.