
Bases Federadas, nucleamiento agrario de pequeños y medianos productores agropecuarios, se declaró en estado de alerta y movilización contra el avance del gobierno nacional sobre el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).
La entidad denunció que detrás del decreto que suprimió la autarquía del organismo tecnológico, se encubre “un ajuste brutal, con despido de 1.500 agentes altamente calificados, cierre de agencias y la venta de más de 70.000 mil hectáreas”.
También alertó sobre el abandono de la extensión, de programas como Cambio Rural y Prohuerta, y de las líneas enteras de investigación orientadas a la agricultura familiar, economías regionales y todo lo que sea agregado de valor en origen. “Hay una clara intención de adecuar al INTA a un modelo agropecuario extractivista, primarizante, de monocultivo, hiper concentrado”, enfatizó ese espacio en un comunicado.
Dentro de los entes públicos, el INTA tiene una particularidad, que es el control social que se ejerce sobre ese organismo público a través del Consejo Directivo Nacional y cada uno de los consejos regionales. Allí, además del gobierno de turno, participan las universidades y algunas de las organizaciones rurales.
Bases Federadas recordó que, desde hace tiempo, venía proponiendo ampliar esa representación a las organizaciones de agricultura familiar, campesina e indígenas y los trabajadores del Instituto. “Además, el INTA formalmente tiene autonomía financiera, los recursos para funcionar provienen de un porcentaje de las importaciones y de una tasa de estadística de acuerdo la ley de su fundación”, señaló la entidad.
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