Integrantes de la Cámara de Biopymes de Entre Ríos (Cabioper) se reunieron con el ministro de Producción, Turismo y Desarrollo Económico de la provincia, Juan José Bahillo, con el propósito de abordar distintos temas de interés para el sector.

Cabioper es una cámara conformada hace muy poco tiempo, que nuclea a industriales dedicados al procesamiento de proteínas vegetales con destino al consumo animal y la elaboración de biocombustibles. Actualmente, y junto con sus entidades colegas de Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires, conforman una federación nacional.

A partir de la extrusión de distintos vegetales, estas pequeñas industrias obtienen aceites vegetales que tienen como destino las plantas de biodiesel y, por otro lado, el expeller que va para todo lo que es granjas de cerdo, pollo, gallina, tambos y feedlot. En otras palabras, la extrusión consiste en compactar un material orgánico luego de someterlo a determinados tratamientos para la extracción de sus líquidos, a fin de lograr forma y propiedades determinadas.

A nivel provincial, existen alrededor de 30 industrias extrusadoras, que emplean -en promedio- unas 10 personas cada una: se estima que el rendimiento de cada planta es de 60 toneladas diarias, a partir de procesar cerca del 15 por ciento del total de soja producida en provincia.

Lo relevante de esta industria radica en que todo lo producido queda en la provincia, generando una importante cantidad de empleo directo y también indirecto a partir de las actividades relacionadas, como el transporte, el comercio y la industria metalmecánica, que multiplica su actividad para proveer toda la tecnología para el extrusado.

Primeros pasos

En la reunión, los miembros de Cabioper presentaron al ministro Bahillo "recorrido, lineamientos y propósitos" de la flamante entidad y plantearon algunas inquietudes como industria nueva de la provincia. Entre esos tópicos, se habló de necesidades en materia energética, un esquema impositivo específico y cuestiones de infraestructura.

"Creo que estamos en un sector que está creciendo. Entre Ríos en general cuenta con un número muy importante de granjas y sigue creciendo, y uno de los tres elementos básicos para la ración diaria de alimentación son las proteínas y eso es lo que producimos nosotros. Por lo tanto, estamos todas las plantas pensando en crecer. Nos está faltando resolver algunos temas de infraestructura y de energías, que son los puntos que quedamos en charlar nuevamente", hizo saber el presidente de Cabioper, Pablo Sánchez.

Al respecto, Bahillo se comprometió a trabajar con distintas áreas de gobierno para avanzar en soluciones y respuestas a los planteos de los industriales y a convocar a una reunión en las próximas semanas, a la que concurran funcionarios de las áreas involucradas.

"Esa soja que ocupamos como materia prima pasa por la planta nuestra y genera un valor agregado para todo lo que tenemos. Esa soja no se lleva a puerto, se consume localmente y genera trabajo real en cada uno de los pueblos que está diseminado. Tenemos planta de norte a sur, al este y al oeste de la provincia y cada planta genera trabajo genuino, además de mejorar todo lo que es la calidad de vida del trabajador. Es decir, hoy no tenemos operarios comunes, sino que hay operarios calificados, laboratoristas, ingenieros químicos, hay mano de obra más calificada de lo que podría ser otro tipo de industria”, agregó el productor.

El dilema de su calidad

Con el extrusado del poroto se obtiene el expeller de soja, uno de los principales subproductos conseguidos, cuya calidad es muy variable y carece de una norma que sirva de referencia para su comercialización.

Se sabe que el proceso de extrusado y la calidad de la materia prima son las principales fuentes de variación en la calidad del expeller, lo cual se utiliza como ingrediente en la formulación de raciones para animales y, por lo tanto, su composición puede afectar los rendimientos productivos (ejemplo: ganancia de peso, producción de leche, etcétera).

Además, es conocido su creciente uso en la industria de alimentos para consumo humano, a través de la producción de proteínas texturizadas y micronizadas.