Entre riachos que se desbordan y pastizales que renacen con cada creciente, Iván “Nino” Voltolini sostiene la vida de su familia, desde un lote de campo en las islas del departamento Victoria. Allí, donde el río marca los tiempos y las rutinas, desarrolla una ganadería que se adapta a la naturaleza y a las tradiciones locales.
Lo entrevistamos en nuestro espacio radial de LT14 y, fiel a su estilo, comenzó describiendo el amanecer: “Está fresco y no hay mosquitos como otros años, gracias a Dios. Venimos bien en esa parte”.
Un año más favorable
El 2025, dice Nino, fue tranquilo. “Con una perspectiva un poco más favorable que los pasados respecto a las pasturas. Este año hubo menos malezas, el anterior fue complicado”. La ganadería en la isla, explica, tiene ventajas claras: la conversión de carne es mayor que en tierra firme, gracias al aprovechamiento de pasturas naturales.
Pasto natural y riesgos propios
En las islas, todo se produce sobre pasturas naturales. “No implantamos nada, sólo limpiamos malezas para que salga el pasto”, cuenta. Pero también hay riesgos: los ataques de mosquitos en verano, que llegan como “avalanchas”, y la palometa, que el año pasado provocó graves pérdidas en las vacas de cría.
El ciclo completo
Su modelo productivo es de ciclo completo: madres, cría y engorde hasta lograr un novillo de unos 550 kilos. “La idea es cerrar la cadena en la isla”, explica. Sin embargo, los desafíos económicos son grandes: “Hoy un novillo vale menos que un ternero. Nunca fue así. Si me toca reponer, se complica”.
La trazabilidad que viene
A partir del próximo año, la normativa exigirá trazabilidad obligatoria. Nino reconoce que aún no tiene claro cómo implementarla: “Nos plegaremos a las normativas, pero todavía no encontré alguien que me orienté. Ojalá esta vez cumpla la función que tiene que cumplir y no sea sólo recaudatoria”.
Cuando el río crece
La vida en la isla también se mide por las crecientes. Nino recuerda una salida difícil: “Tuve que cargar tres camiones de hacienda que estuvieron un día y medio sin comer. Dormimos con las vacas en el barco y al otro día las tropeamos hasta un lote afirmado”.
La radio como compañía
En medio de ese paisaje, la radio sigue siendo un puente vital. “Es una compañía, el medio con el que uno se informa. LT14 me cuesta sintonizarla, pero la busco hasta que la encuentro. Es muy importante sentirse acompañado”, dice.
Tradición y futuro
La voz de Nino se suma a la de tantos productores que, desde las islas, sostienen una forma de vida que preserva la memoria y la riqueza natural de Entre Ríos. En tiempos de cambios y desafíos, su trabajo recuerda que la ganadería también puede ser un puente entre tradición y futuro.
Envía tu comentario