
La respuesta a este interrogante fue el disparador lanzado para generar el debate sobre esta problemática, y planteada durante las ponencias de los disertantes que participaron de la 2° Jornada Regional de Control de Malezas, organizadas por la Experimental Paraná de INTA. Especialistas de distintos lugares de Argentina y Uruguay, analizaron el manejo de malezas resistentes, con distintas opciones para un problema que no tiene una receta única.
Para el cierre de los paneles, los organizadores convocaron al reconocido especialista Emilio Satorre, profesional de larga trayectoria como docente en la Universidad de Buenos Aires, los grupos CREA y miembro de la Academia Nacional de Agronomía y Veterinaria de Argentina. El experto reconoció que "el problema es una oportunidad para la agricultura de incorporar, en lo que es el manejo de malezas problemas, "una dinámica y una visión distinta, una forma diferente de abordarlo".
En base a los cambios dominantes promovidos por la expansión de la agricultura, Satorre destaca las modificaciones que trajeron aparejadas en la forma de manejar la tierra. “Hemos pasado de la labranza convencional al manejo bajo siembra directa y una forma de organizar la agricultura diferente, se han simplificado los sistemas de producción, con unas pocas especies- Hoy 36 millones de hectáreas se cultivan básicamente con tres especies que hacen más del 85% de la superficie cultivable que son trigo, maíz y soja, y el 15% restante, cultivos como el Girasol, Sorgo, Cebada y algo de cultivos menores, ilustró el especialista.
Satorre también comentó que "estos cambios en la forma de producir trajeron cambios en cuanto a la composición de las poblaciones de malezas problemas, aparecen malezas leñosas y graminosas, dominando el escenario de las malezas problema aparecen algunas pocas especies latifoliadas y sobre todo cuando nuestra agricultura hizo dominante al cultivo de soja".
Para el especialista esto es solo una parte del problema: “Aumentó el número de aplicaciones de herbicidas, se incrementó el número de aplicaciones con herbicidas residuales, generando más aplicaciones con post emergentes en los cultivos, incrementando la complejidad de las estrategias que usamos para combatir las malezas, lote por lote distintos tipos de mezclas de caldo o distintos momentos de aplicación”.

En función de esas estrategias para para Satorre también han aumentado los costos de producción , los costos directos básicamente asignados al manejo de las poblaciones de malezas. “En promedio en agroquímicos hemos aumentado casi cincuenta dólares los costos por hectárea y a cada uno de los cultivos que son destinatarios de este tipo de tecnologías. Ha aumentado también el riesgo productivo, al reducirse la rentabilidad y esto ha traído un escenario que es realmente complejo para el productor agrícola y se pone mucho más de manifiesto cuando los precios de los cereales se han reducido o las retenciones aún se mantienen elevadas” sentenció el especialista.
Una vez planteada esta problemática y consultado por Campo en Acción cual sería la o las soluciones a la misma, Satorre destaca la necesidad de construir lazos fuertes entre la tecnología y la ciencia. “Eso es muy importante porque quien desarrolla una tecnología, quien introduce una innovación, conoce muy bien eso que está introduciendo y él no debería en forma aislada volcar esa tecnología dentro del sector. Así como nosotros, asesores, no deberíamos en forma aislada incorporar una tecnología. Deberíamos tener el conocimiento suficiente aportado por el conocimiento científico sobre cuál es la dinámica, las características de la población de la especie maleza que estamos abordando como problemática. Deberíamos conocer muy bien los límites de uso de las tecnologías que estamos incorporando en sus distintos aspectos para reducir sus perjuicios y para aumentar su eficiencia y deberíamos integrar entonces todo eso dentro del sistema funcional o los sistemas de producción que uno tiene dentro de un campo para lograr este una mayor probabilidad de éxito con un menor costo social, ambiental y por supuesto económico”, reconoció.
Al igual que sus colegas disertantes, Satorre destaca para el control de malezas problemas el hacer foco en las soluciones integradas.
A modo de reflexión consultado sobre ¿Serán peores a futuro los problemas de malezas? El facultativo expresó: “Lo que dice la una parte de la biblioteca es que sí, que nos preparemos porque los herbicidas son el disturbio químico sobre el ciclo biológico de una maleza, es un factor de estrés, y como cualquier otro factor de estrés, las poblaciones e incluso los individuos, tienden a adaptarse a esas condiciones de estrés, a responder de alguna manera. Por lo cual es probable que una parte de las malezas a futuro toleren dosis mayores de los herbicidas que usamos actualmente, algo que ya estamos viendo, o directamente se vuelvan tolerantes a un herbicida por otros tipos de mecanismos”. “La otra parte de la biblioteca es mucho más optimista y dice que cuando esos procesos ocurren, la variabilidad genética se reduce y que frente a una población que tiene poca variabilidad genética, nos está brindando la oportunidad de darle un golpe de gracia, de pensar en concentrar todas las fuerzas para poder avanzar sobre esa población con un tratamiento exitoso y perdurable” culminó el especialista.
Daniel Aguilar - CAMPO EN ACCION
Envía tu comentario