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Agricultura

Cultivos para silo: es fundamental realizar análisis de suelos

12/02/2025 17:27 hs

En los sistemas lecheros intensivos, las rotaciones de cultivos suelen incluir una alta proporción de cultivos destinados a silo. Si bien el corte mecánico mejora la eficiencia de cosecha por unidad de superficie y permite aumentar la carga animal, también conlleva un problema clave.

Es que a diferencia del pastoreo directo, donde el ganado devuelve nutrientes al suelo a través de heces y orina, el pastoreo mecánico extrae los nutrientes sin reposición natural, dejando como única alternativa la fertilización química u orgánica (purines).

El crecimiento de la agricultura y el aumento sostenido de los rendimientos han acelerado la extracción de potasio (K) del suelo, junto con otros nutrientes esenciales. Históricamente, el balance de K ha sido negativo, ya que la extracción supera con creces la aplicación como fertilizante.

Aunque los suelos pampeanos aún no presentan niveles críticos, la tendencia indica una marcada disminución en las últimas décadas. Para evitar llegar a un punto de deficiencia, es fundamental realizar análisis de suelo que permitan conocer el estado real de los nutrientes disponibles.

Cuando un cultivo es destinado a silo, la extracción de nutrientes se multiplica. No solo se retira el grano, sino también la caña, las hojas y el marlo, que contienen altas concentraciones de potasio. El balance negativo es aún mayor cuando se comparan ambos sistemas de cosecha: en un maíz picado para silo, la extracción de fósforo (P) y potasio (K) es un 77% y un 490% superior, respectivamente, en comparación con un maíz cosechado para grano.

Dado el alto nivel de extracción, la aplicación de purines se vuelve una estrategia clave para lograr un balance más equilibrado e incluso positivo de P y K. Sin embargo, para maximizar su eficiencia, es esencial analizar su composición antes de la aplicación, asegurando que la cantidad aplicada sea la adecuada. Además del P y K, los purines aportan nitrógeno orgánico, materia orgánica y micronutrientes esenciales para la recuperación del suelo.

Si traducimos la extracción de fósforo a superfosfato triple (SFT) y la de potasio a cloruro de potasio (KCl), y aplicamos los precios actuales, el costo de nutrientes extraídos en un cultivo para silo es tres veces superior, en dólares por hectárea, al de un cultivo destinado a grano.

Esta realidad deja una conclusión clara: en los sistemas intensivos de producción lechera, donde la extracción de nutrientes es extremadamente alta, la reposición no puede ser una opción secundaria. Es imprescindible monitorear y ajustar la fertilización para evitar el agotamiento del suelo y garantizar la sustentabilidad del sistema a largo plazo. Fuente: Francisco Oliverio / Fundación Producir Conservando

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