Lo informó el titular de la entidad que representa a las pymes lácteas, Pablo Villano. El directivo indicó que por el valor que tiene en el mercado internacional se tendría que pagar al productor alrededor de 13 pesos por litro, casi dos menos que en la actualidad.
Desde hace ya varios meses la lechería atraviesa una etapa de recuperación que, por distintos motivos, podría estar llegando a su fin. Pablo Villano, presidente de la Asociación de Pequeñas y Medianas Empresas Lácteas (APyMEL) dijo a PUNTAL VILLA MARÍA que debido a las sucesivas bajas que vienen experimentando los productos lácteos en el mercado internacional, el precio de la leche debería ubicarse en torno a los $13. Ese número es sensiblemente menor al promedio difundido por el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (Ocla), que en mayo alcanzó los $14,84. Esa diferencia anticipa problemas en la cadena lechera.
Cabe mencionar que la industria también logró recomponer su situación a partir del fuerte ajuste de los lácteos en góndola. Eso pudo ocurrir por dos motivos: caída en el volumen de producción (a mayo, la variación acumulada es -6,7 por ciento) que “achicó” el mercado y, a su vez, el fuerte incremento de las exportaciones desde el comienzo de la crisis cambiaria.
Ahora bien, de no mediar dificultades climáticas extremas, la producción de leche debería incrementarse en los próximos meses cuando vaya acercándose la primavera. Y el sector externo brinda malas noticias.
El último evento de junio de la cooperativa neozelandesa Fonterra, que opera como referente de precios del mercado internacional, llevó a la leche en polvo entera –principal producto de exportación- al umbral de los USD 3.000, situándose en el límite de la rentabilidad. Y para sumar al combo, el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) informó la semana pasada que el consumo de lácteos cayó en el mercado interno 12,5 por ciento en los primeros 4 meses del año, lo que muestra que las posibilidades de continuar subiendo precios terminó.
“Hasta ahora veníamos con baja producción que, aunque supone un aumento en los costos fijos de las industrias, permitieron elevar los precios de acuerdo al valor de la leche. Hay nuevos actores en el mercado y se dio una puja por la materia prima, lo que ayudó a mejorar el precio al productor. Nadie quería perder un litro porque con más capacidad ociosa suben los costos fijos. La plata no se veía, porque se trasladaba a la leche, pero servía para que el productor recupere precio, que está bueno para que pueda armarse de nuevo. No sé si eso se podrá mantener”, sostuvo el directivo.
En ese sentido, Villano señaló que las últimas licitaciones de la cooperativa Fonterra “fueron de terror. La leche en polvo entera, que es la que más se comercializa, ya casi está por debajo de los USD 3.000, lo que da una capacidad de pago que no llega a los $13 por litro; y se está pagando bastante por encima de los $14. En definitiva, si aparece más leche como seguramente va a pasar, se puede generar un problema. La solución es que continúe la exportación, pero el precio de ese mercado va a marcar la tendencia”.
Para graficar lo dicho, añadió: “Hoy sin ganar plata las empresas que exportan pagando $13 la materia prima igualan la operación. El mercado interno da para pagar un poco más, pero el tema es hasta cuándo se mantendrá porque siempre que existe esa relación la pregunta es qué harán las empresas que van hacia ambos mercados. Nadie se va a sacrificar exportando leche para mantener el mercado interno. El riesgo es que comience a volcarse más producto a la plaza local y así empiezan los problemas”.
Se le consultó al directivo sobre cómo podría afectar ese hecho en un contexto de gran caída del consumo interno de productos lácteos.
“La baja no pasa solamente con la leche sino con cualquier alimento. La gente no tiene plata. De todas formas es cierto que los precios de los quesos perdieron relación con los demás productos; el kilo de cremoso no puede estar igual que 3 kilos de pollo. Eso tiene que bajar. El problema es que tenemos costos altos y baja productividad, ya que las fábricas trabajan con un 50 por ciento de capacidad ociosa. Por eso digo que para mí la materia prima y los precios del mercado interno se van a ir al precio de la exportación”.
Frente a tal afirmación, este medio le consultó al titular de APyMEL sobre la factibilidad de ajustar el precio de la leche, teniendo en cuenta que ese hecho generaría fuertes controversias con el otro eslabón de la cadena lechera.
“Si se profundiza esta tendencia todos tendrán que ir hacia allí. Por supuesto que hay que ver qué pasa con el mercado externo, en donde dependemos de una cooperativa neozelandesa que sube o baja el pulgar. También resta saber si influye la sequía en Oceanía y lo que ocurre con el maíz en Estados Unidos, en donde estaría comprometida la siembra. Es difícil hacer predicciones”.
“Hoy el productor cobra más de $ 14 y estos meses fueron buenos para recuperar precios y rentabilidad. Pero con estos valores cuando sobre un poco de leche el mercado externo no lo va a absorber. Hay mercados para exportar, pero implica pagar debajo de los $13 por litro. Y va tener que ser así. También convengamos que cuando hay más producción, seguramente en la primavera, se obtiene leche más barata. Como productor pienso que habrá rentabilidad con $13 porque los animales se alimentarán fundamentalmente con pasto”.
El directivo destacó que los actores del sector deberán adaptarse al nuevo escenario “como siempre, sin ningún fondo anticíclico, en una dinámica del sálvese quien pueda. Pensar que esto se haga de forma ordenada es una utopía. Cuando sobre leche empezarán a llegar ofertas al mercado interno y se va derrumbar el precio. Eso puede estimular para que se consuma un poco más. Como no había mercadería, el comercio convalidaba los precios resignando margen. En la medida que haya producto seguramente tomará más ganancia. Haber llegado hasta acá con este panorama no es malo; la cuestión es como sigue”.
Paritaria
Otro tema importante para la industria láctea tiene que ver con las negociaciones paritarias que se están llevando a cabo con la Asociación de Trabajadores de la Industria Láctea (Atilra).
“Por ahora estamos lejos. Nosotros ofrecemos pagar la inflación, con una revisión en diciembre, acordando un porcentaje que podría estar en el 28 por ciento. A fin de año se tomaría la diferencia, para pagarla en 2020. No tenemos problemas en reconocer la inflación, pero nos tienen que dejar margen para poder pagarlo. Nos están pidiendo prácticamente que le cerremos el primer semestre del año de contado ahora, y eso es imposible. Pretendemos lo mismo que el año pasado, cuando pagamos la inflación pero nos dejaron terminar en abril de este año. Hicimos una cadena y ahora no podemos anticiparla”.
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