En julio, las importaciones de carne porcina registraron por primera vez en 12 meses un retroceso interanual. El mes pasado, las compras fueron de 1.940 toneladas y cayeron un 23,9%, aunque todavía se mantienen un 21,5% por encima del promedio de 2020. La situación favorece a los productores e industriales entrerrianos que llevan meses reclamando mayor control de los ingresos de cortes porcinos que generan competencia desleal. En rigor, la demanda está centrada en las ventas de lomos y bondiolas de cerdo frescas en el comercio minorista cuando los acuerdos de importación desde Brasil se orientaban a satisfacer la demanda de cortes de menor valor y congelados para la industria de los fiambres.

El titular de la consultora, Juan Uccelli, explicó que los motivos de este retroceso se deben tanto a factores del mercado local como del escenario internacional. “A nivel interno, están las dificultades en conseguir dólares para hacer las importaciones y pagarlas a 180 días”; destacó. También explicó que el ritmo lento de devaluación tiene un impacto en el precio local, que lo hace más competitivo.

El escenario internacional también juega su partido. En las últimas semanas, el precio del cerdo a nivel mundial empezó a subir. A este factor, se suman las señales por parte del mercado chino en relación a incrementar su nivel de compras. “Todos apuntan hacia allá y Brasil está más interesado en vender a China que a nosotros”, estimó.

Otro factor que desalienta las ventas por parte de Brasil, según Uccelli, es la dificultad por parte de algunos importadores ocasionales para cumplir con los pagos. En este caso, puntualizó que no se trata de los jugadores habituales del negocio.

Para el consultor, el primer semestre representó un escenario “fuera de lo común, porque jamás se había importado tanto”.

Según sus cálculos, entre enero y junio de este año, las importaciones crecieron un 75% en relación al mismo período de 2021 y 206,6% más que en 2020. “El segundo semestre tampoco será habitual, porque se importará menos”, adelantó.

En la vereda opuesta, las exportaciones de carne porcina siguen sin levantar cabeza. En el primer semestre de 2022 se ubicaron sobre las 1.000 toneladas, mientras que el año pasado acumularon 22.300 toneladas, de acuerdo a JLU.

En relación a la producción, sostuvo que registró un crecimiento sostenido y que el mercado local está bien abastecido. “El límite lo marca la carne vacuna y el precio que los consumidores están dispuestos a paga”, remarcó. Fuente: Infocampo y Campo en Acción