A fines de mayo, de manera similar a lo ocurrido en los años 2019 y 2017, se produjo una nueva invasión de langostas a la Argentina. Las mangas ingresaron desde Paraguay.
El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agrolimentaria (Senasa) emitió el primer alerta el 11 de mayo, tras recibir un aviso de su par paraguayo, el Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal y de Semillas (Senave), informando sobre una manga que volaba con dirección sur hacia la frontera argentina.
Los equipos del Centro Regional Chaco Formosa del Senasa intensificaron las tareas de vigilancia y la sensibilización del área de frontera. La plaga finalmente ingresó el 21 de mayo y tras estar unos días en Formosa, volvió a Paraguay, para reingresar finalmente a territorio argentino el 28 de mayo.
La langosta es una plaga migratoria, que no reconoce límites ni fronteras y, puede, en un día, trasladarse hasta 150 kilómetros y, por ejemplo, cruzar de una provincia a otra, o incluso de un país a otro en muy pocas horas.
Así, el reingreso a nuestro país de la plaga ocurrió por el Departamento Pilagás, en el este de Formosa, y desde allí continuó avanzando hacia Chaco, Santa Fé, debido al viento norte, y según lo pronosticado por el Senasa el día viernes 19 de junio, cruzó el río Paraná, ingresando a la provincia de Corrientes, donde se encuentra actualmente y en cercanías a la provincia de Entre Ríos.
La manga ya se ha desplazado más de 1000 km desde Paraguay y, si bien es una plaga rural, se convierte en urbana llegando a pueblos y ciudades. No obstante, es necesario destacar que es un insecto que no afecta a la salud de las personas ni de los animales, ya que solo se alimenta de material vegetal y no es vector de ningún tipo de enfermedad.
Puede afectar a la actividad agrícola en forma directa y a la actividad ganadera de forma indirecta, alimentándose de los recursos forrajeros y producir daños, también, en la vegetación nativa.
Para el manejo de la plaga, es necesario un abordaje interinstitucional, público-privado. Por ello, las acciones son definidas por el Programa Nacional de Langostas y Tucuras del Senasa, con los gobiernos provinciales y el sector privado en el marco del Comité Nacional de Crisis.
El Comité se reunió el último 5 de junio, con la participación del Ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Luis Basterra y del presidente del Senasa, Carlos Paz, analizando la situación y definiendo acciones futuras. Asimismo, días atrás se realizó una nueva reunión con las provincias que tienen cercanía a la problemática actual junto al Director de Agricultura, Agustin Perez, y se informó del avance inminente hacia la provincia de Corrientes y el alerta para la provincia de Entre Ríos.
Así, ante la contingencia actual y en el marco de la emergencia fitosanitaria vigente, el Organismo se encuentra coordinando las tareas de monitoreo constante, seguimiento de la manga y definición de momentos oportunos de control, que resulta muy complejo por varios factores.
Sumado a su gran capacidad de vuelo, el rango de tiempo en los que se pueden ejecutar los tratamientos es muy breve y suele darse en lugares de difícil acceso. Las mangas se desplazan durante todo el día y se asientan hacia la tarde noche, ya con poca visibilidad.
Es importante destacar, que para realizarlos, se evalúa minuciosamente el impacto en la zona que pueden tener los mismos y se realiza previamente un relevamiento de la existencia de población, cursos de agua, colmenas, etc.
Una manga de langostas tiene un control tan complejo como necesario. En estos momentos se está trabajando articuladamente entre el Senasa y la Dirección de Producción Vegetal de la Provincia de Corrientes a cargo de Mariela Plestch, con el acompañamiento del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).
Los equipos interdisciplinarios están trabajando en el territorio y con contacto permanente con los productores. Al momento no se han registrado daños en cultivos en la Provincia, donde se realizó el sábado un control parcial de la plaga y están todas las gestiones realizadas para poder efectuar un control aéreo por parte de la provincia si las condiciones lo permiten, situación que no se ha dado hasta el momento.
Si bien los controles contribuyen a disminuir la cantidad de langostas, el nivel poblacional sigue siendo alto. Por ello, es fundamental que los productores monitoreen sus campos para detectar la presencia de la plaga, realicen los controles correspondientes respetando la normativa vigente y den aviso al Senasa.
El Senasa realiza una vigilancia permanente y control temprano de la plaga durante todo el año en gran parte del pais. Esta estrategia de manejo preventivo, que se originó en nuestro país y se utiliza actualmente a nivel mundial, tiene como objetivo evitar que se produzcan brotes poblacionales como el actual originado mas allá de nuestras fronteras.
Para mejorar el estatus fitosanitario de la región, el Senasa coordina un Plan Regional de Manejo de la langosta sudamericana junto a Bolivia y Paraguay, ya que mejorar el sistema de detección y control en los países vecinos resulta clave para no recibir nuevas invasiones como viene ocurriendo en los últimos años.
Envía tu comentario