En los últimos dos veranos, Corrientes fue noticia nacional por una situación dramática: la sucesión de incendios que llegaron a afectar a un millón de hectáreas y pusieron en riesgo zonas naturales únicas como los Esteros del Iberá.
Pero el fuego parece comenzar a quedar en el olvido y ahora las noticias son buenas: las frecuentes lluvias que vienen ocurriendo desde el inicio del otoño han llevado a un notable incremento en la superficie cubierta por agua.
Según un informe divulgado por Infocampo, -elaborado por los técnicos del Grupo de Recursos Naturales de la Estación Experimental Agropecuaria Corrientes, Ditmar Kurtz y Violeta Hauck-, junio cerró con un área de esteros, bañados, ríos y represas de 623.598 hectáreas, cuando en abril eran 566.052.
Es decir, 57.546 hectáreas más que superan, por ejemplo, a las 30.903 que se prendieron fuego en el verano (el año más complicado no fue éste, sino 2022).
“Del total de la superficie actual cubierta con agua, la mayor parte corresponde a esteros y bañados (50,3%), seguido por la superficie que ocupan los ríos Paraná y Uruguay (32,0%). Las represas y tajamares, que en abril ocupaban 7.688 hectáreas, actualmente ocupan 9.734 hectáreas (1,6%)”, señala el informe al que tuvo acceso Infocampo.
Por otro lado, en mayo de 2023 se inició el monitoreo de capas de agua “colgadas” con freatímetros digitales – automáticos en el departamento Concepción. Los primeros datos en pastizales y sistemas silvo-pastoriles indican que la capa de agua muestra una fuerte relación con las precipitaciones.
En tanto, en el borde del estero Batelito, la capa de agua se mantuvo relativamente estable en torno a 1,6 metros de profundidad desde mayo. Cabe aclarar que este incremento de agua, está lejos del 38% que se dan en épocas normales.
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