Saltar menúes de navegación e información institucional Teclas de acceso rápido Actualidad
Debates

¿Está bien dejar de vacunar contra aftosa?

La dosis aplicada cuesta 112 pesos, el stock ganadero es de 4,5 millones.
La dosis aplicada cuesta 112 pesos, el stock ganadero es de 4,5 millones.
02/11/2020 09:37 hs

Una declaración de Horacio Angélico, jefe del Programa de Vacunación Antiaftosa de Senasa desató tempestades: “Estamos analizando si nos convendría dejar de vacunar por categorías, año a año, y en tres o cuatro años dejar libre todo el país. Se evalúa dejar de vacunar las categorías que tienen menos riesgo de enfermarse”.

La cita a muchos ganaderos alivió ya que implica bajar un costo fijo en el manejo de los rodeos, mensurado en 112 pesos por cabeza bovina inoculada en esta campaña. En la anterior vacunación, fue de 84 pesos lo que implica un aumento sensiblemente superior al 30% en el período que fue de marzo a octubre de este año.

A otros productores la mención tan concreta de Angélico preocupó atento que, razonan, con una vacunación y media al año (se inocula una vez la totalidad del rodeo y dos veces los menores de dos años) se asegura la sanidad de las tropas de manera inapelable. Para dar dimensión a la cuestión vale recordar aquí que el stock ganadero entrerriano es de unos 4,5 millones de cabezas y el nacional de 54 millones.

También están aquellos que se quejan de que la lucha sanitaria se emprendió hace ya más de 30 años para cuidar el bienestar animal y abrir los mercados de mayor poder adquisitivo del mundo. Desde 1986 a esta parte, en materia de aftosa, la hacienda luce más que bien pero la oportunidad de vender a lo sonso jamás vio la luz; si en cambio hubo algún que otro aumento de cuota Hilton para comercializar en Europa occidental.

Otro tópico a tener en cuenta, si de dejar de vacunar se trata, es que la suspensión de las inoculaciones traerá aparejada la desaparición de miles de empleos.

Vaya una ligera enumeración para dar dimensión al tema: vacunadores a cargo de los operativos a campo, médicos veterinarios con responsabilidad en la supervisión de tales tareas, contadores y empleados administrativos con injerencia en la gestión económica de la lucha sanitaria y personal del Estado nacional para hacer cumplir las normas de sanidad animal previstas en la lucha contra el flagelo.

Seguramente alguien tendrá un número preciso, pero nadie desmentirá que son miles los empleos relacionados al combate de la enfermedad. Y en tiempos de post pandemia, que es cuando se prevé ejecutar la decisión de abandonar las inoculaciones, la cosa no pinta como para desactivar fuentes de trabajo genuinas.

Así las cosas, lo dicho por Angélico desató tempestades, pero también es verdad que toda vez que llovió paró.

Carlos Damonte / Campo en Acción

Debates Sanidad Animal aftosa entre ríos

Envía tu comentario

Teclas de acceso