“Lamentablemente, en la Dirección Nacional de Sanidad Animal de Senasa hay muchas cosas que no funcionan y seguiremos insistiendo para que cambien”. La frase es apenas un recorte de lo que habló Jorge Ruiz con Campo en Acción, minutos después de asumir el dirigente federado la conducción de la Fundación de Lucha Contra Fiebre Aftosa de Entre Ríos (Fucofa).
Habló de la entidad que ayudó a forjar y desarrollar para combatir y controlar la enfermedad más que centenaria en el mundo; pero también abordó el rol de la Fundación para frenar el ataque de garrapatas, -“Entre Ríos se transformó en una frontera que protege al país”, dijo-; y de brucelosis, flagelo que compromete la salud de las personas y el comercio y sanidad de los vacunos, y que, ante la consulta periodística, desencadenó la respuesta que abre esta nota.
A Fucofa la conducen dirigentes de las tres mayores entidades gremiales entrerrianas, cooperativistas, ruralistas y federados, y ejecutan luchas sanitarias desde los últimos años de la década de 1980 con la antiaftosa como vacuna insignia. Desde entonces, casi todos fueron éxitos en materia de salud animal; salvo algunos pozos negros que hombres como Ruiz se niegan a olvidar para mantener desde la memoria un registro del peligro que implica un rebrote.
Por caso, quién hasta hace un puñado de meses fue jefe de Gabinete del exministro de Producción Julián Domínguez, fue y vino en la línea de tiempo para decir que “las luchas sanitarias contra aftosa han tenido matices, pasamos dos años sin vacunar, tuvimos una epidemia que demandó muchísima plata salir y que se logró gracias a una entidad organizada como la Fundación, que tiene un consejo de administración que trabaja en armonía y un personal plenamente capacitado y comprometido que aplica la vacuna más barata del país. Las diferencias de precios con fundaciones vecinas son abismales, de entre 80 y 100 pesos por vacuna”.
En definitiva, el federado mantiene vigente el recuerdo de aquel período oscuro signado por el ocultamiento de aftosa que protagonizaron funcionarios del Senasa durante la gestión del ex presidente Fernando De la Rúa, y representantes que acataron las órdenes de negar la realidad. Lo dicho, el objetivo es no olvidar para evitar que se cometa el mismo error histórico.
En torno a la conveniencia de mantener las inoculaciones sistemáticas del rodeo, Ruiz razonó con que “los técnicos han llegado por fin a una definición al respecto. En algunos lugares de Brasil, por cuestiones comerciales ligadas a los cerdos, se dejó de vacunar, cosa que en Uruguay y Paraguay se considera altamente peligroso. En los foros internacionales ya se está aceptando que se puede ser libres con vacunación, es decir: es más barato seguir vacunando que montar un sistema de vigilancia epidemiólogica que en Argentina es imposible de hacer”.
Su objetivo es que “este modelo siga, en Fucofa hacemos las cosas lo mejor posible y los resultados se dan, no solo en aftosa sino también en garrapatas. Entre Ríos se transformó en una frontera que protege a todo el país ya que desde acá devolvemos tropas que vienen con garrapatas del norte que se dirigían a Buenos Ares, Santa Fe o Córdoba. La tarea es muy importante y no es reconocida por los gobiernos de la Provincia y la Nación. Los productores aportan 100 millones de pesos anuales para luchar contra garrapatas y muchas de esas tareas deberían ser pagadas por el Estado”.
El actual presidente de la Fundación, que cada año cambia de titular y de entidad al mando, considera que el modelo que gestionan es viable para cualquier lucha sanitaria: “Uno de los objetivos para 2023 es la capacitación; por suerte contamos con un capital importante en vacunas, del orden de los 1.000 millones de pesos, y un personal con la camiseta puesta que demanda una capacitación constante”.
En cuanto a brucelosis, especificó que “hemos tenido en los últimos cuatro años una disputa con las autoridades del Senasa, organismo que ha planteado un plan que solamente cubre algunos objetivos comerciales que no ataca la prevalencia de la enfermedad. Nosotros hemos presentado un plan superador que ha sido directamente rechazado; pero vamos a seguir bregando porque ese bajo índice de prevalencia de brucelosis se puede bajar en la provincia, pero de ninguna manera sucederá con el plan de Senasa”.
Casi como una consecuencia de lo anterior precisó que “con el personal de Senasa en Entre Ríos tenemos una excepcional relación; lo mismo con su actual presidencia y vicepresidencia nacional, pero lamentablemente en la Dirección Nacional de Sanidad Animal, en el cuarto piso de Paseo Colón y Belgrano (de Buenos Aires) hay muchas cosas que no funcionan y seguiremos insistiendo para que cambien”.
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