Comenzó la semana en el mercado de Chicago, en donde hay importantes bajas para la soja luego de operar durante la semana pasada en un máximos de seis años y medio. La soja cae actualmente unos US$ 7 a US$ 513, mientras que el maíz pierde US$ 0,68 a US$ 208 y el trigo sube por la posible imposición de impuestos en Rusia.
Según explican los analistas de Agrinvest Commodities, lo que alimenta este movimiento es, en parte, el rebrote de coronavirus en la víspera de la fiesta del Año Nuevo Lunar en China, la más importante y extensa del país. "Las medidas pueden tener un fuerte impacto a corto plazo en la demanda mundial, como ocurrió entre febrero y marzo de 2020, el apogeo de la pandemia en China", dice Agrinvest.
También pesa una mejora en las condiciones climáticas en Argentina, una caída en los márgenes de molienda de China y una soja brasileña más competitiva, según los analistas.
Por otro lado, destacan que el mercado se mantiene sostenido en el mediano plazo, siguiendo sus fundamentos de oferta muy limitados y la demanda aún señalando una curva de crecimiento muy expresiva. En los Estados Unidos, las exportaciones se mantienen fuertes y se suma una demanda interna fuerte, lo que contribuye al panorama fundamental y limita la caída.
En Brasil, la cosecha todavía está retrasada y en Argentina, a pesar de la leve mejora del clima, la cosecha aún sufre y será menor de lo inicialmente estimado, cita el portal Noticias Agrícolas.
Reuters cita que China se enfrenta al peor brote de COVID-19 desde marzo de 2020, con una provincia que registró un récord de aumento diario de casos, mientras una comisión independiente que estudia la pandemia mundial dijo que China podría haber actuado con más contundencia para frenar el brote inicial.
Este martes, el diario Global Times, controlado por el Estado, defendió la gestión inicial de COVID-19 por parte de China, diciendo que ningún país tenía experiencia en la gestión de un virus completamente nuevo.
"En retrospectiva, ningún país podría actuar perfectamente frente a un nuevo virus... ningún país puede garantizar que no cometerá errores si una epidemia similar se produce de nuevo", dijo.
Reuters señala que China registró más de 100 nuevos casos de COVID-19 por séptimo día consecutivo hoy martes. El país comunicó 118 nuevos casos el 18 de enero, por encima de los 109 del día anterior, según informó la autoridad sanitaria nacional en un comunicado.
De ese total, 106 fueron infecciones internas, de las cuales 43 se registraron en Jilin, un nuevo récord diario para la provincia nororiental, y 35 en la provincia de Hebei, que rodea a Pekín, según la Comisión Nacional de Salud.
La propia capital china informó de un nuevo caso, mientras que Heilongjiang, en el norte, informó de 27 nuevas infecciones.
Decenas de millones de personas están confinadas mientras algunas ciudades del norte someten a pruebas de coronavirus a su población, ante la preocupación de que las infecciones no detectadas puedan propagarse rápidamente durante la celebración del Año Nuevo Lunar, que tiene lugar en pocas semanas.
Cientos de millones de personas viajan durante la festividad, que se iniciará a mediados de febrero de este año, ya que los trabajadores migrantes regresan a casa para ver a sus familias.
Las autoridades han apelado a la gente para que evite viajar en el período previo a las vacaciones y se mantenga alejada de las reuniones masivas como las bodas.
El actual brote en Jilin fue causado por un vendedor infectado que viajó desde la vecina provincia de Heilongjiang, lugar de un foco previo de infecciones.
El número total de nuevos casos asintomáticos, que China no clasifica como infecciones confirmadas, se redujo a 91 desde los 115 del día anterior.
El número total de casos confirmados de COVID-19 en la China continental (excluyendo Macao y Hong Kong) es de 89.454, mientras que el número de muertes se mantuvo sin cambios en 4.635.
Una comisión independiente de expertos que analiza la pandemia, encabezada por la ex primera ministra neozelandesa Helen Clark y la expresidenta de Liberia Ellen Johnson Sirleaf, dijo el lunes que las autoridades chinas podrían haber aplicado medidas de salud pública más enérgicas en enero del año pasado para frenar el brote inicial.
También criticó a la Organización Mundial de la Salud (OMS) por no declarar una emergencia internacional hasta el 30 de enero.
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