En el marco de la pandemia del coronavirus las granjas avícolas profundizaron los sistemas de protección y bioseguridad. Tal es el caso de Cabaña Avicola Feller, para conocer más sobre la producción en contexto de pandemia dialogamos con el médico Veterinario Raúl Buthay - Gerente de Producción de Reproductores de Cabaña Avicola Feller, una empresa del GRUPO MOTTA.
El universo de producción avícola
El sector productor avícola entrerriano y el de la Argentina tiene un espectro muy amplio en granjas, se pueden dividir en dos grandes grupos granjas productoras de pollos de carne y otra que son las granjas productoras de huevos o aves comerciales para huevo de consumo.
Sin duda que el estrato sanitario en cada granja -ya sea reproductoras o de abuelos- es diferente. Evidentemente las granjas acorde a su nivel productivo tienen su sistema de bioseguridad diferente.
Los niveles de tecnología es otro factor importante que marcan diferencias fundamentalmente en la parte de rendimiento productivo y en lo que es la parte sanitaria porque las granjas ofrecen estructuras de bioseguridad que favorecen la sanidad de las aves.
Otra cosa importante en la industria avícola y más en este contexto de pandemia es el aislamiento. En la producción de huevos o carne de pollo es fundamental esa condición para poder tener un estatus sanitario superior.
Protección y bioseguridad
“La condición esencial es el aislamiento” enfatizó Buthay, esto significa separación y ubicación de granjas. Ubicación de granjas en zonas aisladas donde no hay producción avícola y la separación basada en la distancia entre los establecimientos.
Senasa tiene bien establecido que las distancias están acorde a los niveles de aves que se alojan en cada granja, considerando una distancia de 1000 metros para granjas productoras de pollo o aves ponedoras comerciales, 5000 metros para granjas de producciones comerciales a granjas reproductores, y de 10 kilómetros de granjas de abuelos hacia cualquier tipo de explotación comercial.
Es fundamental también la estructura de las granjas para protegerse de enfermedades así como la parte operativa y funcional. Hay que hacer un control excautivo hacia adentro, de personal, vehículos, control en cuanto a moscas, roedores e insectos que también son portadores y están dentro del establecimiento. Se debe dar un sistema de registro muy fuerte que avala el proceso que se hace para generar un marco de bioseguridad.
“La bioseguridad no es una sola acción sino que es una multiplicidad de acciones que hacen a la sanidad de los animales”, resaltó el médico veterinario.
El proceso de registración
El tema de la registración se está implementando de forma muy fuerte, tal vez en producción de carne de granjas integradas a una empresa, la misma empresa baja línea y se estandarizan los procesos para todos los integrados por igual. En el sector de huevos es un poco más complicado dado que es un mercado que está muy atomizado, son empresas familiares muchas veces de pequeño tamaño. No obstante con todos los controles que instrumenta SENASA el productor comienza lentamente a ordenarse generar los registros necesarios para poder tener productos sanos y saludables.
El impacto del COVID-19 en las granjas avícolas
Dentro de las producciones pecuarias la avicultura tiene ventajas muy importantes respecto a otras actividades. La bioseguridad aplicada a los animales se aplica para la parte humana, es decir, la higiene como baño, cambio de ropa, lavado de manos, todo eso hace a que el trabajador se sienta seguro.
Es muy preocupante para el sector avícola no tanto lo que pasa dentro de los establecimientos sino lo que pueda suceder en las comunidades. Además hay muchas cadenas internas como cadenas de incubación o faena donde trabajan muchas personas donde las tareas se tienen que hacer a distancia. Si llega a darse un caso positivo va a complicar mucho los procesos, es muy difícil reemplazar gente especializada, destacó el Gerente de Producción de Reproductores.
En la parte de granja por ejemplo tal vez es más fácil porque uno puede direccionar operarios para cada galpón y trabajar como unidad independiente.
En nuestro caso hemos limitado el flujo de personas en las granjas y se evitaron los descansos y el compartir mates.
“Creo que esto va a generar muchos cambios, algunos ya los vemos en la vida cotidiana como el tomar distancia, el tapabocas, el saludo son cosas que van a cambiar por lo menos por un tiempo. Esto nos ha tocado a todos muy fuerte y hay varias cosas que antes hacíamos que por un buen tiempo no la vamos a hacer más. Lo que uno puede decir es que Argentina viene haciendo un buen trabajo en contención”, culminó Buthay.
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