La Cámara Argentina de Empresas de Nutrición Animal, entidad que representa a los fabricantes de alimento balanceado, premezclas, aditivos y alimento para mascotas del país, renovó sus autoridades para el período 2026–2027 durante su Asamblea General Ordinaria.
Alejandro Bravo, integrante de la comisión directiva desde 2020 y actual CEO de Vetifarma, asumió la presidencia . Con una extensa trayectoria en el sector -gran parte desarrollada en las empresas Cargill y Vetifarma-, Bravo sucede a Juan Pablo Ravazzano, quien continuará colaborando con la dirección de la cámara.
“Asumo la presidencia con el compromiso de darle continuidad al trabajo de fortalecimiento institucional que veníamos realizando bajo la conducción de Juan Pablo Ravazzano, y de impulsar los servicios y prestaciones para nuestros socios, con el objetivo de capitalizar las oportunidades y enfrentar los desafíos que presenta la industria de la Nutrición Animal en la Argentina. Pocos sectores en nuestro país poseen un potencial tan significativo y condiciones competitivas tan favorables para desarrollarlo”, destacó Bravo al asumir.
La industria de nutrición animal en Argentina produce alrededor de 35 millones de toneladas, con un potencial cercano a 200 millones de toneladas.
Tras la Asamblea, Bravo delineó algunos ejes que marcarán el rumbo de la industria de nutrición animal en los próximos años.
“Las empresas de nutrición animal estamos en la intersección de varias cadenas: carne porcina, bovina, leche y mascotas. La Argentina, con su capacidad agrícola, clima y estatus sanitario, está predestinada a ser un gran productor de proteína animal, y nosotros somos parte clave de ese desarrollo”, afirmó.
En este contexto, sostuvo que observa “un país que se está estabilizando y reinsertando en el mercado internacional” y una industria de proteína animal “vibrante, dinámica y en crecimiento”, a la que la cámara deberá acompañar. A su vez, destacó que “muchos de nuestros socios son pymes que necesitan herramientas para formarse, exportar y aggiornarse”, por lo que consideró “fundamental facilitarles ese camino”.
Respecto del rol de la cámara, Bravo destacó la tradición formadora de la entidad, pero remarcó la necesidad de redoblar esfuerzos. “Hoy la productividad, la eficiencia y la reducción de costos son tan relevantes como la técnica nutricional o veterinaria. Tenemos mucho para aportar en formación sobre gestión y tecnología”, subrayó.
También se refirió al trabajo con a realizar con las autoridades. “Tenemos que ser un puente con el gobierno para facilitar los negocios, mejorar la regulación y simplificar procesos”, señaló.
Uno de los puntos donde ve mayor necesidad de reformas es el regulatorio. “Senasa es reconocido internacionalmente, pero hay regulaciones que hoy dificultan hacer negocios. Deben actualizarse normas y enfocarse en lo que realmente agrega valor”, planteó.
A modo de ejemplo, mencionó casos en los que se exige registrar en la Argentina un producto destinado exclusivamente a exportación: “Es costoso, lento y no aporta nada”. También cuestionó las limitaciones para adaptar la producción a los requerimientos del mercado de destino: “Si un país permite ionóforos o antibióticos, deberíamos poder fabricar bajo esas normas, como lo hace Australia. Hoy la Argentina no lo permite y perdemos competitividad”, planteó.
Bravo también se refirió a la situación impositiva del sector, destacando que la presión es significativa. “Ingresos Brutos se paga varias veces entre provincias, y eso encarece toda la cadena”, afirmó. Recordó además que la industria trabaja con más de 400 materias primas, mayormente importadas y muchas con aranceles. “El costo impositivo que trasladamos al cliente nos deja en desventaja frente a competidores de Chile o Brasil”, sostuvo.
Pese a estas limitaciones, ve oportunidades claras de expansión externa de las proteínas animales argentinas. “Si mejoramos el marco impositivo y regulatorio, podemos crecer en Latinoamérica y el sudeste asiático”, añadió.
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