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Una patriada alimentaria

Araujo Prado: “En la Antártida logramos tener alimentos frescos para consumir todo el año”

Araujo muestra con orgullo el fruto del trabajo del equipo que integra.
Araujo muestra con orgullo el fruto del trabajo del equipo que integra. Foto 1/2
Foto de las instalaciones listas para iniciar un nuevo ciclo productivo. Foto 2/2
30/03/2023 10:20 hs

“En la Antártida logramos tener alimentos frescos para consumir todo el año” contó orgulloso a Campo en Acción César Ismael Araujo Prado; uno de los pioneros de la producción de alimentos en el extremo sur argentino.

En directo y desde la Base Marambio, en la mañana de este jueves habló con LT 14 Radio Nacional General Urquiza para dar cuenta de un logro que se sostiene en la concreción de módulos de producción hortícola hidropónica. “Lo que hacemos ya alcanza para consumir verduras frescas toda la semana”, dijo y precisó que los comensales son unas 70 personas, es decir, toda la dotación permanente o en tránsito.

Lograron el autoabastecimiento de un abanico de variedades de lechugas, perejil y rúcula y van por más: “Trabajamos ahora para incorporar acelga, espinada, pimientos, frutillas y tomates cherry” contó el experto cuya función en el equipo está muy ligada a la logística e infraestructura de las instalaciones que deben soportar condiciones climáticas extremas.

Al dar cuenta del paso a paso del plan relató que “el modulo surgió en 2017 con ayuda de la gente de la experimental Río Gallegos del INTA. Avanzamos en el estudio del sistema hidropónico y logramos esto, que es tener alimentos frescos, con la reina de los sábados incluida que es la ensalada de rúcula”.

La entrevista sucedió el día que para los argentinos que viven en la Antártida fue una jornada agradable, con menos nueve grados de temperatura y sin ráfagas de viento. De todas maneras, la actividad productiva se ejecuta en un ambiente controlado desde el punto de vista que se lo analice. La cuestión central es impactar lo menos posible en entorno para obtener alimentos frescos.

En 2018 ensamblaron el primer módulo en la Base Marambio: “En un anterior depósito adaptamos con todo lo necesario e iniciamos la producción en 2019” definió poco antes de abordar un tópico ligado a la cuestión ambiental: “El proyecto se fue desarrollando con los protocolos pertinentes de protección de acuerdo al ingreso de especies no nativas”.

En 2020 y 2021 la pandemia ralentizó las tareas, pero apenas pudieron dieron nuevo impulso a la iniciativa que hoy es noticia en varios lugares del mundo. Lo cierto es que tienen 12 cosechas al año y se abastecen de 1.200 plantines que ellos mismos preparan.

“El manejo nutricional es agregado al agua” dejó saber y, como en cualquier explotación que se precie, el monitoreo es esencial, -“las plantas toman lo que necesitan, le damos luz y calor apropiado y no mucho más”-. Aportó que, en verdad, no enfrentaron complicaciones fuera de las habituales. “Las plantitas no hablan pero nos muestran como están con el cambio de color (se ponen amarillas o violáceas), entones nosotros podemos ayudarlas de inmediato”, sentenció y advirtió que las condiciones de bioseguridad son rigurosas.

Los cultivos son manejados por personal del Comando Conjunto, encargados de sembrar, monitorear, preparar las soluciones y cosechar, quienes fueron capacitados en la Estación Experimental Agropecuaria Santa Cruz del INTA.

Producen a partir de semillas certificadas y tratadas para garantizar su inocuidad, seleccionadas priorizando su resistencia a las bajas temperaturas, de acuerdo con normas de bioseguridad, en línea con las directrices que la Dirección Nacional del Antártico. Araujo precisó que para cumplir con la normativa del Tratado Antártico las semillas se llevan en envases resistentes a altos impactos para evitar su diseminación y cada uno de los contenedores está identificado con códigos QR que permiten hacer un seguimiento y garantizan la trazabilidad del material genético.

Al aventurar el porvenir avisó que “nuestra proyección es tener un módulo productivo en cada base argentina. Empezamos en Marambio el año pasado, este año instalamos otro en Esperanza y pretendemos llegar a Belgrano II la más austral de la argentina”.

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