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Trips y arañuelas

Aapresid advierte sobre problemas sanitarios donde dominó la sequía

Las plagas aparecieron en cultivos de todas las regiones del país.
Las plagas aparecieron en cultivos de todas las regiones del país.
13/02/2021 19:20 hs

Las condiciones de sequía y altas temperaturas como las que se vienen dando en las últimas semanas en algunas regiones del país son caldo de cultivo ideal para el ataque de trips y arañuelas Desde Aapresid divulgaron un artículo técnico donde recomiendan cómo actuar.

Según un relevamiento llevado a cabo por la REM en la campaña 2019/20 ambas plagas se presentaron en la mayoría de la superficie sojera del país.

Ambas plagas –trips y arañuelas– afectan la capacidad fotosintética de las hojas del cultivo de soja, y casos graves, provocan su caída prematura. Poseen características comunes: son polífagos, de alto potencial reproductivo, intervalos generacionales cortos y ocasionalmente vectores de enfermedades virósicas.

Su control químico es difícil ya que suelen ubicarse en sectores protegidos de la planta y porque además generan infestaciones continuas durante el ciclo del cultivo.

Trips, una plaga silenciosa

Este grupo lo integran Frankliniella schultzei, Thrips tabaci y Caliothrips phaseoli, siendo esta ultima la especie que presenta mayor reporte de daño en nuestro país. Poseen un aparato bucal con estiletes con los que raspan la epidermis para succionar savia, y así provocan la muerte de los tejidos y/o generan una vía de entrada de patógenos al cultivo.

Su ciclo biológico presenta seis estados: huevo, dos estadios larvales activos, prepupa y pupa (que transcurren en el rastrojo o en los primeros milímetros del suelo) y adulto.

El breve ciclo de huevo a adulto (12 a 15 días) y el largo periodo de oviposición (20 a 30 días) dificultan el control. A esto se suma que los huevos se ubican en la cara inferior de los folíolos y que la reaparición de la plaga luego de un control es muy rápida (de 5 a 15 días), ya que los adultos emergen del suelo.

Además, la plaga avanza desde los estratos inferiores de las plantas, por lo que el control tiene que asegurar una buena penetración en el canopeo.

Arañuela, otra preocupación

La arañuela roja (Tetranychus sp.) mide entre tres y cuatro milímetros y vive debajo de una fina tela en el envés de las hojas. Tienen estiletes bucales con los que extrae jugos de las células, provocando pérdida de superficie fotosintética, agua y acelerando su envejecimiento.

Su ciclo biológico comprende los estados de huevo, tres estadios juveniles y adulto. Debido a su rápido desarrollo con generaciones superpuestas, en poco tiempo alcanzan importantes niveles de infestación.

En condiciones de seca, genera en la planta de soja un efecto similar al que hubiera producido un lanzallamas: folíolos totalmente “amarronados”, un cuadro virtualmente irreversible.

La arañuela empieza en pequeños rodeos que se visualizan globalmente por una coloración más pálida en su inicio (se aprecian zonas más claras), daño que suele atribuirse al déficit hídrico y despreciarse. Pero si persiste el calor el crecimiento de la plaga y el deterioro del cultivo son exponenciales, afectando severamente el potencial productivo.

Monitoreo y control

Según recomendaciones para ambas plagas, el monitoreo debe realizarse cada 10 días como mínimo, extrayendo plantas al azar en 10/15 sitios del lote. Para el caso de trips, debe observarse la coloración en el envés de las hojas, donde se observan los daños como manchas plateadas y/o bronceadas.

Debe determinarse la proporción de hojas y zona de la planta afectadas (baja, media o superior) y realizarse el conteo de no menos de 30 folíolos/parcela.

En el caso de arañuelas, recomiendan contar individuos presentes en al menos 15 foliolos de distintos estratos del canopeo y promediar. Sin embargo, esto puede resultar por demás de meticuloso cuando consideramos que no existen umbrales de tratamiento verificados.

En trips, si bien tampoco hay umbrales, los especialistas recomiendan aplicar cuando se observe daño en las hojas de la mitad inferior de las plantas (la mayor parte de la hoja plateada y/o bronceada) y presencia de adultos y ninfas con daños leves (escasa superficie plateada) en la mitad superior de las mismas.

Un recurso clave para ambas plagas es la anticipación. El control de malezas en alambrados, banquinas o cunetas -que actúan como hospederos alternativos– permite retrasar su ingreso al lote.

Para arañuelas se recomienda controlar cuando comienzan a encontrarse colonias en el tercio medio de la planta y/o se detecta la formación de tela en folíolos, o bien ante la presencia de los primeros síntomas de amarronamiento en el tercio inferior.

En el caso de que se observen muchos huevos (perlados, individuales y normalmente abundantes) conviene esperar unos días para aplicar cercano a los nacimientos.

Según un relevamiento llevado a cabo por la REM en la campaña 2019/20 ambas plagas se presentaron en la mayoría de la superficie sojera del país. Sin embargo, solo en el 15% de esta superficie requirió tratamiento químico para su control.

Recomendaciones

La decisión de control debe tener en cuenta el estado fenológico, nutricional y las condiciones hídricas del cultivo, los resultados de conteos anteriores y las proyecciones climáticas. Tener en cuenta que el aumento de las poblaciones coincide con las condiciones ambientales más desfavorables para las aplicaciones.

“Se recomienda usar un buen tensioactivo con agregado de aceite. Además de minimizar la evaporación, ayuda a la mayor eficiencia de control”, dicen en Aapresid. En el caso de arañuelas el aceite actúa obstruyendo los poros, sumando aún más al control.

En arañuelas, los activos del grupo de los piretroides, exceptuando Bifentrin, generan un efecto rebote en el número de individuos, que aumentan el nivel de población tras la aplicación.

Uno de los productos con mayor eficiencia y residualidad (7 a 10 días) es Abamectina. Al ser de contacto, puede usarse en condiciones de stress hídrico. Bifentrin también posee buen grado de control cuando las poblaciones son tratadas a tiempo, pero se recomienda el uso cuando el cultivo está bien hídricamente, similar para Dimetoato.

Cuando hay alta infestación, los tratamientos rara vez logran el control satisfactorio. Para esos casos se recomienda Clospirifos, aunque tiene menor poder residual.

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