Martin Sieber subrayó que “terminamos conformes con un trabajo que tiene mucho del espíritu emprendedor de los cabañeros. Este es el momento donde los toros exponen todo su desarrollo, el desempeño en esta prueba es notable y se premian las aptitudes”. Por si fuera poco, por sus dotes fenotípicas, el reproductor de la cabaña de su familia, El Aguaribay, ocupó el segundo puesto. El profesional aprovechó el diálogo con Campo en Acción para anticipar que la octava edición no cambiará de sede.