
El tambo robotizado es un sistema de ordeñe automatizado que utiliza robots para realizar el proceso de forma autónoma y permite que las vacas se ordeñen a su propio ritmo. Este sistema mejora la eficiencia y la productividad, al mismo tiempo que facilita el monitoreo de la salud de los animales y optimiza las condiciones sanitarias, ambientales y de alimentación.
Miguel Taverna, -especialista del INTA Rafaela, Santa Fe- no dudó en subrayar que “gran parte de los productores que incorporaron tecnología robótica visitaron e interactuaron con este proyecto. Actualmente en la Argentina hay más de 400 robots en funcionamiento y se prevé alrededor de 1.000 al final de 2025”.
La tecnología desarrollada por el INTA y la empresa DeLaval cumple 10 años. Fruto de un convenio público-privado, el tambo robotizado tiene gran adopción por parte de los productores y logra altos indicadores de eficiencia productiva. Esta propuesta técnica inédita a nivel mundial se puede visitar en el stand de la Secretaría de Agricultura del Ministerio de Economía, en la megamuestra que se realiza hasta el viernes 14 en San Nicolás -Buenos Aires-.
En esta línea, señaló que, en 10 años, el tambo recibió más de 5.000 visitas de productores, estudiantes, profesionales y público general. “Hoy más del 15 % de los tambos de la Argentina disponen parcial o totalmente de algunas de las tecnologías evaluadas de diferentes marcas comerciales”, indicó Taverna.
A su vez, el referente del INTA explicó que este sistema logra altos indicadores de eficiencia productiva y que, además, el tambo funciona bajo conceptos que contemplan el bienestar de los animales y la sostenibilidad ambiental. “Las vacas se mueven voluntariamente dentro de un sistema de producción que combina pastoreo con encierre en corrales a cielo abierto, donde se suministra la PMR. Este planteo técnico resulta inédito a nivel mundial”, indicó.
El sistema emplea robots de ordeño que interactúan directamente con las vacas, guiadas voluntariamente mediante puertas inteligentes hacia el área de ordeño o zonas específicas del establecimiento. “Las vacas aprenden rápidamente el recorrido porque asocian el ordeño con el confort y el alimento, lo que facilita su tránsito y mejora el bienestar animal”, destacó Taverna.
De acuerdo con el especialista, el sistema de producción permite acceder mensualmente a datos detallados sobre indicadores clave. “Cada mes se publica un informe donde se presentan parámetros productivos, calidad de leche, sanitarios, reproductivos y se describe la dieta consumida por vacas en ordeño. Se complementa con una serie de indicadores ambientales que muestran la eficiencia en el uso del agua y electricidad, la generación de biofertilizantes y su utilización agronómica, entro otros”, puntualizó.
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