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CONSUMO

Repaso por la receta de Uruguay para bajar el precio del asado con más comercio exterior

La tecnología aplicada al ganado oriental no da para obtener cortes populares.
La tecnología aplicada al ganado oriental no da para obtener cortes populares.
29/05/2021 20:57 hs

El Instituto para el Desarrollo Social Argentino repasó un ejemplo cercano para aumentar la exportación de carne y bajar el precio interno. Todo en un contexto marcado por el cierre del mercado externo que decretó el gobierno nacional. El sitio Agrofy dio cuenta de los detalles de la recopilación de los expertos del Instituto mencionado.

El presidente Alberto Fernández comentó durante una entrevista radial, al despuntar el actual paro del campo por el cese de las exportaciones, las bondades del "asado del Pepe", haciendo referencia al método que aplicó el expresidente de Uruguay, José "Pepe" Mujica, para acordar precios rebajados para los consumidores locales.

En 2005, cuando Mujica era ministro de Ganadería, le pidió a los frigoríficos que destinen cortes populares como falda, falda parrillera y asado, al mercado interno y que el resto se destine a la exportación. Esto se llamó “el asado del Pepe”. Similar esquema se intentó instrumentar en el 2011 cuando ya era presidente de la nación vecina. En Argentina se cree que este es el modelo uruguayo que permitió sostener las exportaciones sin afectar los consumos populares.

¿Es el “asado del Pepe” el modelo uruguayo? Los datos revelan que Uruguay tiene la mayor exportación de carne per cápita del mundo.

Según el Instituto Nacional de Carnes de Uruguay en el mercado interno se observan las siguientes tendencias: en el año 2017 la inflación doméstica en la carne era de 3% anual y luego comenzó a subir hasta llegar al 35% anual en el 2019. En el 2019 Uruguay multiplicó por 6 sus importaciones de carne respecto al 2017. En el 2020 hubo deflación en la carne de -4%.

"Estos datos muestran que Uruguay, aun siendo un gran exportador, cuando tuvo una fuerte inflación sobre la carne, no cerró las exportaciones. Tampoco tuvo una actitud pasiva, sino que apeló a abrir las importaciones de carne para aumentar la oferta en el mercado doméstico y, por esa vía, bajar el precio", repasa el informe que replica al "asado del Pepe".

Según el Instituto para el Desarrollo Social, en el 2020, el 13% del consumo interno de carne se abasteció con importaciones. En otras palabras, Uruguay, a diferencia de la Argentina, moderó el precio de la carne potenciando el comercio exterior.

Pero el modelo uruguayo de ganadería es mucho más sofisticado que “el asado del Pepe”. El eje es la modernización de la cadena de producción desde el campo hasta el consumidor extranjero con estándares de calidad internacional y sistemas de trazabilidad para garantizar la calidad.

Esto le permitió entrar al mercado asiático y de Estados Unidos con carnes de alto valor agregado, convirtiéndose en un importante exportador de carnes premium: "La institucionalidad de cómo lo lograron es muy relevante para la Argentina. Se creó un Instituto Nacional de Carnes, que no regula el precio de la carne ni las exportaciones, sino que es un consorcio público-privado que trabaja en la transferencia de know-how a los productores, la gestión del sistema de trazabilidad y la apertura de mercados externos", destaca el economista Jorge Colina.

Además, cuando en el 2019 se produjo la alta inflación en la carne no cerraron las exportaciones: "La razón es que de un producto premium no se puede obtener cortes populares. Al tener tanta tecnología incorporada, su precio es muy alto aun para cortes como la falda y el asado. La estrategia fue seguir vendiendo estas carnes de alto valor en el mercado internacional y comprar en Brasil y Paraguay carne más barata para cortes populares. Esto no sólo implica una diferencia de precio a favor de Uruguay (exporta a alto precio e importa a bajo precio) sino fundamentalmente evita destruir el gran esfuerzo tecnológico y comercial realizado para la obtención y colocación de carnes premium en el mundo".

Bajo este marco, en el Instituto concluyen que el caso uruguayo enseña que hay alternativas para que la gente de menores ingresos acceda al consumo de carne sin poner en juego las exportaciones: "Por el contrario, con instrumentos tan rudimentarios como prohibir las exportaciones se generan enormes daños a la producción y a la generación de divisas. Además, tiene impactos muy regresivos ya que quienes más consumen carne y, por lo tanto, más se benefician con la reducción de su precio son los sectores de ingresos medios y altos".

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