A partir del martes 1 de noviembre, los frigoríficos de Argentina no podrán vender la carne por media res. La Dirección Nacional de Control Comercial Agropecuario (DNCCA) informó que el producto cárnico deberá salir para su venta minorista troceado en partes no mayores a 32 kilogramos.

“Hay que sacarse la máscara y discutir qué es lo mejor para el consumidor”, dijo al programa Agroperfiles Radio el productor y asesor privado Bernardo Cané, en una larga charla mantenida al respecto.

En este contexto, el expresidente de Senasa recordó que en la actualidad “a nadie le extraña hoy tomar leche de un sachet, leche pasteurizada, o comprar comidas congeladas. Entonces, ¿Por qué tenemos que seguir aceptando pasivamente que un trabajador del transporte baje una media res al hombro?” opinó; y consideró que “eso atrasa y muestra que productores y consumidores no valoraron el tema de seguridad alimentaria e higiene, y sobre todo cómo realizar mejor la tarea”.

Resaltó que el tema “es un debate que ya lo tuvimos hace 30 años, y no duró porque productores novilleros del oeste de la provincia de Buenos Aires preferían seguir vendiendo a matarifes marginales, y boicotearon el plan”.

Y afirmó que “hoy ya no se extraña ver un transporte de sustancias alimenticias con una buena caja, higiene y refrigerada. En esa misma época, cuando se lanzó el corte sano, se instaló una norma en el Senasa que era la obligatoriedad de la refrigeración de los transportes. Porque muchos iban desde Mar del Plata a Sala o Tucumán, sin refrigeración y solamente con hielo”.

demás aseguró que este “es un tema de interés del consumidor, y debería ser de interés del productor para defender mejor su producto. Y la industria, que sabe que es una tendencia a la cual deberán adecuarse. No se está pidiendo poner un satélite en órbita, sino que se está pidiendo refrigerar la media y cortarla en cuartos”.

Respecto del escenario actual de la cadena cárnica, comentó que “esa situación no es que sea espontánea, sino que termina habiendo beneficiados en todo el proceso. Que en Argentina, que todavía sigamos discutiendo hace 30 años el por qué debemos tener identificación individual electrónica en los animales, y es porque hay muchos en negro. Hay mucho revoleo de hacienda en el país, incluso hay mucho revoleo de hacienda robada en la Argentina”.

“Por eso, Argentina en la cadena de la carne, comete muchos errores, que siempre a alguno beneficia. En este caso, habrá que analizarlo con más detalles, pero básicamente el productor prefirió que existan operadores informales, en muchos casos, y presumiblemente en algún momento los vacunan y nunca más les pagan” dijo.

Así también, opinó que “hay que sacarse un poco la máscara. Puede ser que haya productores u operadores con problemas de adecuación. Pero el tema en cuestión se debate hace 30 años”.

Recordó además que en el año 1991 o 1992, “el ministro de Agricultura de Brasil vino a aprender de lo nuestro, y lo hicieron. Y en ningún país desarrollado del mundo se deben bajar medias reses apoyadas al hombro en el centro de la ciudad. No debería existir esto”.

Por último, consideró que “quienes hoy están en contra de esta medida, aducen cuestiones económicas razonables. Pero cómo se trabaja la leche, o el pescado refrigerado. Se trabaja con medidas sanitarias, y no es tan misterioso”.

En tanto, cabe señalar que las entidades que agrupan a los frigoríficos mantienen que hay falencias para poner en marcha la comercialización de carne por troceo a partir de noviembre, el Senasa ya avanzó en lo suyo para implementar el nuevo sistema que reemplazará a la histórica venta mayorista de media res.

En el Chaco, según se indicó, ningún frigorífico está en condiciones de cumplir con el trozado, con el agravante que las grandes cadenas frigoríficas definen su entrega por logística sólo en la capital provincial o en Presidencia Roque Sáenz Peña, por lo que se podría complicar la provisión de carnes.

A través de la Resolución 518/2022 publicada en el Boletín Oficial, actualizó el Reglamento de Inspección de Productos, Subproductos y Derivados de Origen Animal que fue aprobado a fines de la década del 60.

Básicamente, incluye la normativa que rige las cuestiones higiénico-sanitarias de elaboración e industrialización de las carnes, subproductos y derivados de origen animal, y los requisitos para la construcción e ingeniería sanitaria de los establecimientos donde se sacrifiquen e industrialicen dichos productos en el ámbito federal.