Con el disgusto de sus propietarios, se aceleró el picado del maíz modelo 2023 en Entre Ríos. La falta de agua combinó con la ola de calor para que las plantas dejen de prosperar; a pesar de la fuerte inversión en tecnología hecha para atravesar los escenarios de estrés, que finalmente ganaron la pulseada.

Cristhian Bergomás es uno de los que contrató el servicio de la picadora para sus lotes ubicados en el límite de los departamentos Diamante y Paraná. Contó a Campo en Acción: “No da para más, piqué lo que tenía para al menos recuperar una mínima parte de lo invertido. Por más que ahora empiece a llover yo quedo afuera de la campaña”.

El productor llevó su angustia un poco más allá al indicar que “encima de todo siento que nos conversan con la ayuda económica y el alivio fiscal de la emergencia; yo tengo los certificados del año pasado para no pagar las primeras dos cuotas del Inmobiliario Rural de 2022 pero me figuran en situación de mora”.

El agricultor dejó saber que “prefiero que no digan nada antes de prometer cosas que no se cumplen; hablan de ayuda pero la realidad es que para el productor no se concretó nada. Hay un manoseo que no corresponde. Si largan algo que sirva, porque así no sirve para nada. Ahora me pueden llegar a salir con que debo los impuestos y me van a querer cobrar intereses”.

Poco antes que se concrete el picado del maizal trunco sumó que “dirigentes gremiales y autoridades de gobierno deberían considerar nuestra realidad antes de hablar. Es más, en este momento están complicados los ganaderos que trabajan en campos ajenos y para ellos no hay asistencia prevista”.