Desde la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina midieron la cantidad de dinero que va de las provincias en concepto de retenciones y no regresa a ellas.
El informe da cuenta de que con un año de impuestos a las exportaciones de una región se podrían generar inversiones que darían trabajo a 15.700 familias.
“El impuesto a las exportaciones nos afecta todos” indican en un tramo del estudio y ejemplifican con que si un año de retenciones se quedara en las regiones se podrían construir cuatro plantas de bioetanol, 16 de electricidad alimentadas a biogás, ocho molinos harineros, 48 granjas de cerdos y cuatro plantas de faena con derecho de exportación.
Siguiendo con la visualización del impacto de los Impuestos a las Exportaciones (llamados DEX, Derechos de Exportación) también fue graficado en educación o salud y los datos son impactantes: con lo recaudado se podría financiar el 80% del presupuesto del sistema educativo de Córdoba, por ejemplo. Traducido en Salud, podrían funcionar 203 hospitales.
Indican que las retenciones a las exportaciones hacen que la producción agrícola valga menos, y esto se traduce en menores ingresos para la región, menos actividad económica, menos inversiones y menos empleo.
Las retenciones significan dinero que se va, que no vuelve y que se podría materializar en plantas procesadoras de la materia prima, que eso generaría muchísimo empleo y desarrollo local y regional.
“Las retenciones son un impuesto absolutamente injusto -aportó Gabriel De Reademaeker, vice presidente de CRA- por cuanto no contemplan realidades productivas, resultados productivos ni económicos, distancias a los centros de comercialización o de exportación, nada. Son un traslado real y directo de resultados desde el interior hacia los diferentes gobiernos, particularmente al nacional”, dijo el dirigente.
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