Las lluvias revolucionaron el panorama que se previa para el trigo hasta el mes pasado y ahora permiten apuntar, y hasta superar, las 20.5 millones de toneladas a cosecha. Por su parte, sigue desmoronándose la siembra de soja y contrariamente, el maíz, su más de 7 puntos su intención de siembra respecto a la anterior campaña.
Las precipitaciones se han prolongado al menos hasta este jueves y terminaron con tres meses de falta de agua en la región pampeana. Desde la Bolsa de Comercio de Rosario detallaron que numerosas localidades han superado los 90 mm acumulados durante estos días. El 90% de Entre Ríos recibió hasta 70 milímetros, 60% de Buenos Aires recibió lo mismo y el 57% de La Pampa. En Santa Fe, ese monto solo lo recibió el centro sur y una franja del este.
Para el trigo 2021/22 estas lluvias marcaron un hito porque dejan atrás un escenario muy diferente. Hasta hace un mes, se proyectaban 20,1 Mt por la falta de agua. Y a fines de agosto el panorama se agravaba con 650.000 ha regulares a malas. Pero con estos 8 días de lluvias, la proyección cambia de dirección y se estima un horizonte productivo de 20,5 Mt de trigo. Este guarismo surge de tener en cuenta 6,9 M ha sembradas y 200 mil ha que no llegarían a ser cosechadas.
Los cultivos en general están sanos, con una presencia muy baja de enfermedades, sin plagas importantes ni problemas de malezas por la buena implantación. Con la excelente fertilización realizada este año, se espera una recuperación muy importante tras las lluvias.
En general, se espera llegar a espigazón con buenos números de macollos y en muchas áreas ya se habla de pisos de rindes que son muy superiores a los del trigo del año pasado. Buenos Aires, La Pampa, Entre Ríos, y buena parte de Córdoba y Santa se perfilan con un potencial muy bueno en términos de rinde. En cambio el déficit hídrico se agrava en el norte del país. Chaco, Santiago del Estero y Tucumán son las provincias más afectadas.
Aunque en principio se esperaba un retroceso de la superficie de soja de 500.000 ha, el recorte del área de siembra que se estima en setiembre es mayor y trepa a 700.000 ha. Para este nuevo ciclo se estima una intención de siembra de 16,2 M ha, lo que resulta en una baja interanual de 4,1%. De esta manera se confirma que será la campaña la siembra más baja de los últimos 20 años en Argentina. Las razones son las mismas que se destacaban hace un mes: los márgenes actuales menores que el maíz y los rindes que en los últimos dos ciclos consecutivos se han comportado peor que el cereal ante la falta de agua y el mayor peso impositivo con el que carga la oleaginosa. Con una siembra estimada en 16,2 M ha se proyecta una cosecha de 48,8 Mt.
Las recientes lluvias son el mejor inicio de esta campaña inédita del maíz que sigue sumando hectareaje. A nivel nacional, hace un mes atrás se esperaba un 6% más de área respecto al año pasado. Se señalaba que esta tendencia podía seguir creciendo y ahora llega el ajuste con 100.000 ha más. Comparando con el año pasado, la intención de siembra ya es de 7,3% más.
¿La tendencia a sumar más maíz puede fortalecerse? Pueden seguir los ajustes, el comportamiento de las lluvias tiene buena parte de la respuesta. Por eso es tan importante lo que ha pasado en esta primera semana de setiembre: tras las lluvias se han fortalecido las decisiones y se piensa en sumar más lotes tempranos que el año pasado. De todas maneras, después de los excelentes resultados de las siembras tardías, estas son una opción muy importante para un año en el que el escenario Niña sigue fortaleciéndose.
Con 7,9 M ha que se sembrarían, 6,9 M de ha de cosecha para el circuito comercial, se espera una producción que rondaría los 55 a 56 M Tn, cifra inédita para Argentina.
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