Según el último informe del Instituto de Clima y Agua del INTA Castelar, la región del NEA tenía excesivas reservas de agua y las intensas precipitaciones registradas en las últimas semanas generaron nuevamente anegamientos e inundaciones. Las lluvias mensuales de los últimos meses fueron superiores a las normales y ponen en riesgo las principales actividades productivas de la zona.
En este contexto de exceso hídrico con perspectivas climáticas de continuidad de abundantes lluvias en el noreste del país, los técnicos del INTA explican el efecto del evento climático en los cultivos de algodón y soja y dan pautas de reconocimiento de síntomas de estrés hídrico.
De acuerdo con Gerardo Quintana -técnico del INTA Las Breñas, Chaco-, "las lluvias de enero produjeron anegamientos y encharcamientos de muchos lotes de soja, por lo que, en este primer momento, se debía estar atento a los síntomas en las plantas que nos pueden dar cuenta del estrés por exceso hídrico, como es el amarillamiento de las hojas y una disminución o eliminación total de los nódulos formados en esta primera etapa".
Por su parte, José Tarragó -técnico del INTA Las Breñas, Chaco- aseguró que "las condiciones de exceso hídrico producen en el algodón una disminución del crecimiento de la planta y un envejecimiento prematuro del cultivo que repercutirá en el rendimiento y también en la calidad de la fibra".
En este sentido, el especialista reconoció que "ya se puede observar una gran diferencia en el crecimiento de las plantas de zonas bajas con anegamientos temporarios superiores a los 7 días y plantas que crecieron en zonas altas sin anegamiento".
Es que, según los registros, en marzo se registraron 258 milímetros (mm) de lluvias en la región, 132 mm más que lo normal. Estas cifras sometieron a los cultivos de algodón y soja que están en un estado avanzado a otro periodo de anegamiento con pérdidas en las zonas bajas y un nuevo ciclo de estrés en la media loma y loma.
Por tal motivo, Tarragó aseguró que "si bien el impacto depende de la magnitud y la continuidad del evento climático, las pérdidas de rendimiento en algodón pueden ir entre el 10 y el 50 %, ya que este cultivo no resiste falta de oxígeno en las raíces.
De todos modos, el técnico aseguró que hay posibilidades de que los cultivos se recuperen y compensen, en función de la fecha de siembra, la fertilidad y el manejo adecuado. "Esto se observó en los lotes de la asociación cooperadora del INTA Las Breñas que sortearon los anegamientos producidos por las lluvias de diciembre, enero y marzo con un estado óptimo para cosecha el 15 de abril, antes de las precipitaciones del 20 de abril".
Es que, de acuerdo con Tarragó, el anegamiento y la falta de radiación solar son dos factores que condicionan la fijación de carbohidratos que sirven para sustentar los frutos, lo que genera un amarillamiento en las plantas que implica pérdidas de rendimiento.
Para el caso de soja anegada, "puede haber una reducción en el crecimiento de las plántulas con una posible merma en el rendimiento. El grado de impacto dependerá de la continuidad y duración del anegamiento o encharcamiento de los lotes, al igual que el algodón", especificó Quintana.
Asimismo, confirmó que "las condiciones climáticas llevaron a que muchos lotes de soja no se hayan podido implantar o se hayan perdido en su totalidad la siembra realizada".
Y subrayó que "aunque el potencial de rendimiento de las siembras de soja ultra tardías va a caer por la reducción de crecimiento, una buena fertilidad y humedad pueden ayudar a lograr rendimientos adecuados en torno al promedio de la provincia".
Las lluvias de marzo y abril han anegado lotes de soja en estadíos más avanzados y, en este sentido, Quintana reconoció que "los daños son mayores", ya que se produce la pérdida de vainas y flores o, incluso, una defoliación que se traduce en una potencial importante pérdida de crecimiento.
Ambos especialistas del INTA coincidieron en destacar la importancia de los constantes monitoreos de plagas en los lotes y su control para evitar pérdidas de frutos y reducción de área foliar, por efecto de las enfermedades y por orugas defoliadoras, que incidirán negativamente en el periodo de llenado de los frutos.
A pesar de que los cultivos pueden rendir bajo condiciones de anegamiento, las últimas precipitaciones, ocurridas en fin de semana pasado, ponen el riego esta posibilidad. "Tanto la cosecha de soja como de algodón, los cuales podrían tener pérdidas totales debido la magnitud de las precipitaciones y los pronósticos de posibles lluvias en los últimos días", aseguraron los técnicos.
En el caso de que se pueda cosechar habrá que esperar una disminución significativa en la calidad de fibra y grano por lo cual le futuro de esta cosecha 2018-2019 no es muy alentador para la zona de Las Breñas y en los cultivos de soja y algodón.
Fuente: INTA Informa
Envía tu comentario