Omar Garayalde empezó con el siglo a producir miel de auténtico sabor entrerriano y una década después pisó el acelerador con la producción de ganado Angus en su cabaña Los Vascos, ubicada en cercanías de Viale, Paraná Campaña.
El emprendimiento tiene forma de pequeña empresa familiar al que integra un compacto grupo de colaboradores. “Somos chicos entre los chicos, acá hay mucho para hacer siempre, trabajamos de domingo a domingo” dijo el productor a Campo en Acción en el momento de la visita para dar cuenta de las inversiones en mejoras para la cabaña.
“Me gusta mucho la ganadería y nos entusiasma cada vez más cuando participamos en distintos encuentros de productores. Uno trata de estar a la altura de las exigencias” sentenció al mostrar la flamante casilla para operaciones con animales y el toril todavía sin uso cotidiano que se ensamblan a una inversión importante en mangas, comederos en corrales e instalaciones para aguadas.
“Esta estructura es un avance para el trabajo diario y una nueva presentación del establecimiento” contó el cabañero que invitó a proveedores y amigos a la inauguración de sus mejoras, que al pasar valuó en tres millones de pesos. “Para algunos puede parecer poco, pero para nosotros es una obra millonaria” deslizó y apuró con que para el año que viene pretenden incorporar cuatro silos para autoconsumo. Textualmente, fundamentó que “crece la cantidad de terneros y darles de comer demanda un trabajo inmenso, terminamos extenuados”.
Del sector público el hombre cuenta que no recibió ayuda desde que empezó con la actividad en apicultura y ganados, en cambio empresas de la zona, como Di Benedetto, le tendieron la mano para crecer en tecnología. “Sacar un crédito del gobierno es un trámite muy engorroso y si lo dan es a 18 meses cuando nosotros necesitamos cinco años de plazo”, dijo al poner en estado público su punto de vista en torno a la asistencia disponible.
Por el andarivel del manejo de la hacienda aportó que sus índices de pariciones son cercanos al 100%; que el entore, en consecuencia, fue efectivo y ahora imprimen esmero a las labores de destete.
El plan alimenticio incluye alfalfa picada, balanceado y rollo para la hacienda de encierre. Las vacas que están a campo comen pasto. “Cultivamos mucha pastura, este invierno estaremos bien” aportó antes de precisar que ahora incorporó equipos propios para hacer rollos. Cuando la mano viene cargada no hay forma de perder la partida, y la cita popular se cumple con Garayalde al saber que este verano de sequías su campo recibió las lluvias necesarias.
De su participación en la Asociación de Angus ponderó que “nos abrieron las puertas y acompañan mucho. Nos entusiasman. En la prueba Pastoril del Litoral nos decidimos a las inversiones”. Este año participa de la cita con animales propios (ver aparte), y el ganadero tomó el desafío “como un ámbito de enseñanza y capacitación, ahí vemos como están nuestros toros en relación al resto y aprendemos”.
Ve con buenos ojos el porvenir de la actividad ganadera, salvo una consideración de temer: “Sería una locura cerrar o restringir las exportaciones. Se necesita vender, que venga plata al país de la exportación y el campo logra traer dólares. El gobierno le tiene que dar fuerza al campo porque ingresa plata”.
El plan de Cabaña Los Vascos indica una ampliación del horizonte y en eso las muestras rurales tienen tanto que ver como la promoción de los productos que logran tranquera adentro. Remató con un contundente mensaje para propios y extraños: “Nuestra idea es participar en por lo menos otras tres exposiciones, el año pasado fuimos a La Paz y Villaguay y queremos llegar a cinco. Donde nos mostramos mejoramos”.
Daniel Aguilar / Campo en Acción
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