El próximo recuento de existencias dará un número moderadamente inferior de vacas y vaquillonas, y un número algo mayor de noviliitos, novillos y terneros.
Una oferta muy alta y un consumo deprimido, como pocas veces en la historia contemporánea, impiden que la desbordante demanda china impacte positivamente sobre todo el mercado de hacienda. Así lo asevera el analista Ignacio Iriarte en su nota de AGROVOZ.
Algo que sucedió en Brasil en estas últimas semanas, con la habilitación de 17 nuevas plantas para el país asiático. En octubre, la faena de novillitos de dos dientes creció 49 por ciento con respecto a junio pasado; la de vaquillonas de dos dientes, 36 por ciento y la de novillitos de cuatro dientes, 34 por ciento. Una oferta abundante, que mantiene más que abastecido el consumo interno.
Estamos saliendo lentamente del pico estacional de oferta de ganado liviano de consumo, cuya oferta de acá en más tendería a moderarse.
En los primeros siete meses del año ganadero 2019/2020, comenzado el 1º de abril pasado, la faena de vacas se incrementa 10 por ciento con respecto a igual período del año anterior, mientras que la faena de vaquillonas crece 30 por ciento y la de terneras cae 33 por ciento. La proyección de estas tendencias al año ganadero en curso indicaría que durante este ejercicio incrementaremos la faena de vacas en unas 274 mil cabezas, en relación al ciclo 2018/2019. Ese período terminó con una caída de 127 mil vacas en el stock.
En cuanto a las vaquillonas, cuyas existencias también cayeron a marzo último, se está proyectando para este año matar 860 mil cabezas más que el año ganadero anterior. Si con los niveles de faena de vacas y vaquillonas del año ganadero 2018/2019 (2,7 y 2,9 millones respectivamente) el stock de ambas categorías al final del ejercicio cayó, puede estimarse que de continuar esta tendencia creciente en la faena de vacas y vaquillonas, no podríamos encontrar a marzo próximo otra cosa más que una caída adicional de las existencias.
Puede argumentarse que una parte de la gran cantidad de vaquillonas que se está matando proviene de una mayor cantidad de terneras, cuya oferta interanual se reduce 33 por ciento, que los recriadores estarían llevando a peso de faena de vaquillonas. Todo apunta a que en la faena del año ganadero en curso, la matanza de terneras se reduzca en 242 mil cabezas, y la de vaquillonas crezca 890 mil cabezas, siempre de acuerdo con las tendencias de los primeros siete meses.
Aún restándole a la altísima faena de vaquillonas prevista para 2019/2020 la reducción en la faena de terneras, vemos que igualmente la tasa de extracción de vaquillonas (faena de vaquillonas/stock de vaquillonas) será del 46,9 por ciento.
Seguimos pensando que el próximo recuento de existencias dará un número moderadamente inferior de vacas y vaquillonas, y un número algo mayor de novillitos, novillos y terneros. Menos cabezas, más kilos. Más pasto, menos grano.
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