Los problemas energéticos en países productores y la crisis global logística por la escasez de contenedores han hecho disminuir la oferta de productos y obligan a ajustar los planteos.
Son varios vientos los que soplan en contra en estos días en el mercado de los fitosanitarios y que han hecho que estén escaseando y hayan sufrido un muy fuerte aumento.
Según Luis Mogni, ingeniero agrónomo y socio fundador de Somera, una consultora en gestión y estrategia de negocios, el primer inconveniente tiene que ver con el abastecimiento.
“El costo de la energía está aumentando en China, que además enfrenta problemas ambientales, y por eso hay plantas productoras de urea y de fosforados que no están trabajando”, explicó Mogni.
El segundo obstáculo para un abastecimiento normal es la logística: la pandemia de Covid-19 ha dejado un problema global que aún no logra solucionarse y que es la escasez de contenedores.
“Hay retrasos muy grandes en los tiempos de entrega, que en Argentina se sufren más aún porque es un destino que está más lejos incluso. Y además, ante esta escasez y el aumento del precio del petróleo, el costo de los fletes también se ha disparado”, añadió el especialista.
Un inconveniente adicional es que este déficit de oferta se combina con una alta demanda mundial: los productores de todo el mundo están intensificando el uso de insumos para aprovechar los precios internacionales de los commodities, en cifras altas en términos históricos.
“Es una combinación de faltante de productos, que no llegan cuando hacen falta y el transporte internacional está más caro, pero en un contexto en que todos los países demandan más. ¿El resultado? Un gran aumento de los precios. Y aun así, pagando mucho más, ni siquiera es posible que los proveedores garanticen que estén cuándo, dónde y cómo uno quisiera recibirlos”, mencionó Mogni.
Bajo este panorama, su recomendación es una planificación al detalle: tratar de prevenir y programar todas las aplicaciones que se necesitarán durante la campaña, mucho antes de lo que se hacía usualmente.
“El que no prevea una demanda anticipada, probablemente no conseguirá los productos en el momento en que lo requiera. Hoy ni siquiera está la posibilidad de decir: ‘lo pago más caro y lo tengo mañana’. Las variables de oferta y de precio se han independizado. Por eso hay que anticiparse, incluso consultando con el distribuidor o la empresa sobre qué productos tiene disponibles”, agregó.
Y completó: “Estamos acostumbrados a que siempre hubo disponibilidad de fitosanitarios. Hoy tenemos que saber que, como mínimo, vamos a tener una demora”.
En ese sentido, Lucas Diaz Panizza – Gerente de Marketing de Sumitomo Chemical sugiere: “Por el momento estamos en condiciones de abastecer todas las moléculas clave en los segmentos de insecticidas y fungicidas para la campaña gruesa, pero sugerimos no demorar la toma de posición. La reposición no está asegurada ni en volumen ni en costo. Actualmente el producto es el mayor activo que el productor puede tener”.
Con relación a la oferta de productos para la campaña, la compañía ofrece un porfolio de soluciones completas para todas las plagas y enfermedades principales. “En cuanto al porfolio de Insecticidas estamos ofreciendo productos desde insecticidas curasemillas, pasando por el control de orugas cortadoras, defoliadoras, chinches y succionadores en general y otras plagas como trips, pulgones y arañuelas. Nutar (Tiametoxam), Matrero (Imidacloprid), Compact (Lufenuron), Synergy (Imidacloprid+Lambdacialotrina), Abamex (Abamectina) y Klorpan (Clorpirifos).
“En el caso de fungicidas Tazer Xpert (Azoxistrobina+Epoxiconazole) continúa posicionado como la mejor alternativa en costo/beneficio para soja y maíz” finaliza el representante de la compañía.
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