En Colonia Crespo echaron mano al drapper para cosechar todo lo que se pueda de un lote maicero tan afectado por la falta de agua como la mayoría en Entre Ríos. Lo cierto es que, ante el escenario de pérdidas mayúsculas en producción de granos, decidieron sobre la marcha destinar las plantas completas a la alimentación de vacunos. El resultado fue la “cosecha” de entre tres y cuatro rollos de 350 kilos por hectárea a partir del uso de cabezales compuestos por lonas transportadoras.
“En un sitio puntual pudimos hacer una trilla normal a un promedio de entre 3.000 y 3500 kilos por hectárea; pero en general logramos rindes de unos 1.000 kilos”, contó a Campo en Acción Daniel Sangoy , el asesor técnico del lugar. Al dar cuenta de la ocurrencia para ocupar el resto del cultivo, precisó: “Lo cierto es que en gran parte del lote usamos el drapper porque no se podía levantar de otra manera, con el cabezal maicero era complicado. De ese modo medimos que logramos unos 200 kilos más. Hicimos rollos para reservas con destino a ganadería”.
Confió que, al principio, probaron en una de las áreas más complicadas en cuanto a rinde y resultó. “La arrolladora hace todo más práctico en un año difícil como este que falta grano y pasto”, determinó. Todos los rollos logrados tienen destino de consumo en el mismo campo.
El profesional apreció que la implantación del maíz, a mediados de agosto, fue buena: “Se complicó recién al momento de floración, los maíces quedaron petisos. Sembramos unas 60.000 plantas por hectárea, quizá debimos bajar un poco la densidad, pero nos entusiasmamos porque en aquel momento los lotes estaban muy bien”.
Fruto de la misma seca, la campaña transitó sin mayores problemas de malezas y plagas. Y el planteo nutricional se sostuvo en la aplicación de 70 kilos de diamónico a la siembra, con otros 90 de urea, y re fertilizaron en estado de V4 con màs urea.
Arriesgó con que “este lote seguramente irá a un cultivo de avena. Esperamos una lluvia de al menos 40 milímetros y luego se verá”. En cuanto a sus previsiones, o expectativas por mejor decir, especificó que “venimos de tres campañas con muy pocas lluvias, esperemos que esta sea la última porque la situación se vuelve caótica. No hay agua en tajamares, lagunas ni arroyos. Falta comida y agua para los animales”.
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