César Quintero es ingeniero agrónomo, docente universitario e investigador del arroz en la provincia y el Cono Sur. Desde su centro de operaciones de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de Oro Verde participa de un entramado que da forma a un proyecto integral que va por el crecimiento de la economía regional.
Con profesionales y productores de un crisol de organizaciones ligadas al grano, como Proarroz, INTA y el Estado provincial, evalúan todo lo relacionado al cultivo en busca el potencial de rendimiento. Y en eso lo encontró Campo en Acción a Quintero cuando deslizó una cifra descomunal: el umbral está en torno a los 14.000 kilos.
Con las herramientas disponibles, que al trabajo regular de campo incluyen incluso modelos de simulación, esta campaña dio semejante potencial. Observaron rendimientos tan reales como excepcionales, de 14 toneladas por hectárea, cuando hace un puñado de años tanto grano junto parecía una especulación descocada ya que el promedio provincial era de 6.000 kilos y el desafío era romper la barrera de los 8.000. Esta campaña, dejó saber el experto, no pocos llegaron a 12.000 kilos. Nada mal.
De la articulación, administración e interpretación del bagaje de información a disposición de los especialistas es que Quintero concluye en que sobre las chacras entrerrianas “se puede aspirar como meta a un rinde promedio de 10.000 kilos”.
Aportó que en Uruguay y Brasil andan por los 9.000 kilos. Ante una pregunta directa, respondió: “Para obtener un buen resultado, hace falta que salgan bien muchas cosas pequeñas. Producir arroz demanda una organización de manejo y preparación que dura todo un año”.
Por si hiciera falta, definió que el rendimiento potencial sirve para saber hasta dónde se puede aspirar en materia de rindes. Especificó: Marca cuanto queda por hacer”.
Aportó que existe un posicionamiento de alcance regional que esta vez se plasmó en un nuevo libro, Ecofisiología de Arroz, editado por la Universidad, que actualiza la información disponible en el Cono Sur sobre, justamente, el potencial del rendimiento.
Además del factor climático, los especialistas dan cuenta de las condiciones reales de producción a campo, analizan cuestiones ligadas al manejo y detectan inconvenientes. Para Quintero, la fecha de siembra es el principal factor que limita el rinde: “El arroz requiere un gran trabajo previo para sembrar en fecha óptima” subrayó. En la búsqueda del potencial sumó la elección de la semilla y su tratamiento previo para obtener plantas vigorosas. “Hemos crecido en cuestiones de manejo, y hay buenas variedades adaptadas a la zona” definió el profesional.
De la campaña 2021 dijo que “fue un año para sumar y potenciar la producción”. Recordó que empezó muy mal, complicada, con baños para empujar los nacimientos, que ciertamente fueron pocos. Luego, recordó, vino un clima muy benéfico, de buena radiación, temperaturas optimas y lluvias justas. Los nacimientos tardíos abundaron y todo cerró en una campaña muy buena.
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