La producción de soja argentina en la última campaña registró una merma interanual de unas 22,3 millones de toneladas, dato que confirma aquello de que se trata del peor ciclo en 20 años.
Por el impacto de la sequía, la cosecha se convirtió en la peor desde que la entidad comenzó sus registros en el año 2000. El estudio arrojó que la producción totalizó 21 millones de toneladas, alcanzando el volumen más bajo en más de dos décadas. El desplome de los rindes alcanzó el 45%, llegando a los peores niveles en 10 años, con apenas 15,4 quintales por hectárea (qq/ha).
El análisis reveló que la productividad fue negativa en casi todas las regiones del país. El rinde promedio sobre el Núcleo Norte finalizó en 15,2 qq/ha y para el Núcleo sur en 13,8 qq/ha, teniendo un gran impacto en la producción a nivel nacional, ya que ambas zonas son las que más soja aportan.
El área de menor rendimiento fue el centro-este de Entre Ríos, llegando a solo 7,8 qq/ha, mientras que sobre el norte de la región agrícola, por demoras en las siembras debido a la escasez de humedad, la ocurrencia de algunos pulsos de precipitaciones, principalmente sobre Salta y el este de Santiago del Estero, pusieron un freno a la merma en los rindes de 19,4 qq/ha para el NOA, y de 21,1 qq/ha para el NEA, productividades que se ubicaron por encima de las obtenidas en la zona núcleo.
El sudeste de Buenos Aires registró un buen rendimiento, debido a que los cultivos gozaron de una temperatura por encima de la media y óptimas condiciones de humedad, obteniendo rendimientos de 23,8 qq/ha, con picos de 35 qq/ha en promedio en algunas zonas.
Las empresas agroexportadoras liquidaron durante junio US$1.581 millones, lo que representó una baja interanual del 59%, de acuerdo a lo anunciado por la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina y el Centro de Exportadores de Cereales (CIARA-CEC).
El informe de las entidades que representan el 48 % de las exportaciones argentinas, reflejó que las liquidaciones de junio fueron un 62% inferiores a las de mayo último, mientras que en los primeros seis meses con el año pasado, el sector cerealero-oleaginoso perdió valores de ventas al exterior por un 42%.
Las entidades explicaron que “el ingreso de divisas del mes de junio es el resultado de la magra cosecha gruesa, fuertemente impactada por la sequía, la culminación del dólar especial del Decreto 194/23 y la situación económica general”.
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