Los animales de razas europeas respecto de índicas, de piel oscura y de temperamento nervioso son más susceptibles a sufrir estrés por calor. Aquellos de mayor peso y grado de gordura, cercanos a la terminación, también son más vulnerables. Asimismo, en engorde a corral, el estrés suele ser mayor que en pastoreo.
Científicos de la Unión Europea confirmaron que 2023 fue el año más cálido registrado en la historia a partir de los datos de Copernicus, que se remontan a 1940, combinados con los del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC). Esta tendencia se mantendrá y representa un desafío para las diversas actividades, entre ellas, la productiva. De allí, la importancia de contar con pautas de manejo específicas.
Según el equipo de investigadores de Producción Animal del INTA el estrés por calor ocurre cuando la suma del calor interno producido por el metabolismo más el calor que el animal recibe del ambiente supera su capacidad para disiparlo y mantener su temperatura corporal normal. En consecuencia, crece la tasa respiratoria, el consumo de agua y se reduce el consumo de alimento y el tiempo dedicado a rumia y descanso.
Para evitar esto, es importante considerar el suministro de sombra para atenuar la radiación solar, que permita una remoción rápida y permanente del aire y brinde suficiente sombra en las horas críticas. Además, es clave evitar las cortinas de viento cercanas al feedlot o a las parcelas de pastoreo, tales como sectores con enmalezamiento que reduzcan la circulación de aire.
Otro aspecto destacado a tener en cuenta es el acceso permanente a agua limpia y fresca. Reducir la distancia entre los animales y los bebederos ayuda a disminuir los movimientos y las concentraciones de animales. “Se estima un consumo de agua en pico de calor de 8 litros por kilo de materia seca consumida”, especificaron técnicos del INTA.
Durante todo el año, pero especialmente en verano, es muy importante conocer la calidad fisicoquímica del agua disponible. Es que, según detallaron, la calidad suele empeorar debido a la concentración de solutos, por aumentos en los volúmenes de extracción y por la mayor evaporación en el tanque.
“Todos los movimientos y trabajo con animales se deben hacer antes de las 10 de la mañana y los tiempos de espera en los corrales no deben superar los 30 minutos”, subrayaron.
En cuanto a la alimentación de los animales a corral, se recomienda entregar la totalidad o al menos el 65-70 % de la ración al atardecer; así, el calor de digestión se producirá durante las horas frescas de la noche. Y, para evitar acumulación y deterioro de alimento en los comederos, los especialistas sugieren realizar un manejo conservador de la oferta de alimento, reduciendo la frecuencia de los incrementos de oferta o manteniendo la frecuencia, pero reduciendo la magnitud del incremento.
Qué hacer en días de calor extremo
Recomiendan hacer más recorridas que las habituales, sobre todo en horas de extremo calor, para controlar la presencia de animales con síntomas de estrés, dificultades para acceder a la bebida o problemas en el suministro de agua.
Estar muy atentos al jadeo con boca abierta y babeo, lo que indica que se están superando las 120 respiraciones por minuto y se está en zona de peligro de vida. Los animales en ese estado deben ser provistos de sombra y mojados con agua fría.
No permitir el acceso libre al agua de animales extremadamente sedientos o estresados por calor. Puede ocurrir intoxicación por agua con desenlaces fatales. Una vez normalizada su temperatura corporal y tasa respiratoria, se les puede dar acceso a agua de bebida.
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