Hace un mes se estimaban un área de intención de 6,92 millones de hectáreas de trigo en la Argentina. Pero un junio con pocas lluvias y su continuidad con un julio seco, acortarían la posibilidad de siembra de muchos productores, por lo que se espera una reducción de 200.000 hectáreas sobre esta estimación.
Exceptuando Buenos Aires en el final del mes pasado, julio sigue la misma tendencia, de dejar pocas precipitaciones sobre la gran área de siembra del cereal. Y no hay pronósticos de agua hasta el 20 de julio.
Con un casi el 90% de la siembra triguera realizada según los datos que refleja el último relevamiento de la Bolsa de Comercio de Rosario, y labores de implantación que siguen en Buenos Aires y La Pampa, y una ventana de siembra que da más tiempo en estas regiones, “hemos descontado 200.000 ha a la siembra triguera 2024/25. En detalle, se han restado 80.000 ha en el NO bonaerense, 20.000 ha en La Pampa, 50.000 ha en Santa Fe y 50.000 ha en Entre Ríos siguiendo las estimaciones del SIBER de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos. De concretarse el área estimada, implicaría una superficie 22% superior a la del año pasado”, precisó la entidad.
Con esa superficie, descontando un área no cosechada de 200.000 ha y un rinde promedio, el volumen proyectado sería de 20,5 Mt.
Desde la Bolsa señalaron que este invierno podría superar las anomalías negativas de todo el invierno del 2007 y terminar siendo el segundo más frío de la historia documentada en Argentina (últimos 60 años), luego del récord de 1984.
Sobre el estado de situación del cereal, destaca el reporte que “el trigo venía creciendo bajo muy buenas condiciones, pero con las heladas de la última semana empieza a haber lotes afectados por las bajas temperaturas. Más allá del quemado en hojas, empieza a observarse pérdidas de plántulas”.