Muy cerca de la ciudad de Paraná – a poco más de 20 kilómetros- se encuentra la flamante comuna de Sauce Pinto. Producción agropecuaria intensa, plantas de acopio de granos varios, fábrica de alimentos balanceados, escuela primaria y secundaria junto a una capilla católica son la marca registrada de una localidad donde muchas familias de inmigrantes europeos encontraron su nuevo lugar en el mundo.
“No tenemos desocupación. Hay gente de Paraná y de San Benito que viene a trabajar a una empresa local por las oportunidades laborales”. Quien lo dice es Marcos Bettoni, un productor agropecuario nacido y criado en Sauce Pinto, que fue elegido hace tiempo para conducir la etapa de la Junta de Gobierno y -ratificado en elecciones por sus vecinos- desde diciembre pasado es el primer presidente de la Comuna.
“Entre la gente que vive en la planta urbana y la colonia somos unas 400 personas. Pero también hay muchos en tránsito, que trabajan en Paraná y viene a Sauce Pinto, y hay que darle los servicios correspondientes, a todos”.
Una cinta asfáltica bastante deteriorada por el tiempo y el paso de camiones –fundamentalmente- que transportan la producción de la zona, une al pueblo con la Ruta 12, cerca de la Aldea María Luisa. “Hoy la estamos reparando con presupuesto de la Comuna”, señala Bettoni sobre la entrada principal a la comunidad.
La cercanía con la capital provincial es una tentación. El pequeño pueblo, ubicado entre las típicas lomadas entrerrianas y en un ambiente bucólico, está a pocos minutos del área industrial paranaense y, dependiendo del tráfico ciudadano, a menos de 30 minutos del centro cívico. Nada.
“Son 6.500 hectáreas en total. Pero la jurisdicción es más amplia de hecho, casi que cubrimos unas 8.000 hectáreas, si estamos arreglando un camino tenemos que llegar hasta la ruta. Sauce Pinto está un poco al medio de otras comunidades” cuenta Bettoni, ya acostumbrado a la gimnasia de armar notas, seguir expedientes, llamar por teléfono a las reparticiones oficiales. “La peor gestión es la que no se hace” subraya, sobre una tarea a la que le dedica tiempo y esfuerzo compartido con su actividad privada.
“Como toda pequeña localidad del interior nuestra economía está basada en la producción agropecuaria, cereales, vacunos. Ahora está creciendo la granja de pollos y porcinos. Esto demanda mucha transitabilidad, buenos caminos” señala.
Para el presidente de la Comuna el tema de los caminos “es prioritario y trabajamos mucho. En lo que va de la gestión ya compramos más de 150 equipos de broza. Ahora compramos herramientas para el mantenimiento de caminos y licitamos un tractor”. El ascenso de Junta a Comuna les permite un presupuesto con otros números, mucho más holgado.
En este complicado 2020 el objetivo de la gestión fue adquirir los “fierros” para poder trabajar. “La idea para el año que viene es meternos en los detalles de la planta urbana que dejen más lindo a nuestro pueblo” precisa Marcos Bettoni.
Cuando la escuela significa arraigo
La población rural se ha mantenido o ha crecido en las últimas décadas en muchos pueblos. Es el caso de Sauce Pinto. Eso conlleva distintas variables, como el aumento de la matrícula escolar.
“El proyecto de la escuela secundaria tiene que ver con el arraigo de los más chicos al pueblo. Si se tienen que ir a otro lado a estudiar, muchos ya no vuelven” sentencia el presidente comunal, a pocos metros de las obras de construcción del nuevo edificio que avanza a buen ritmo.
Lejos en el tiempo, poder completar el ciclo escolar implicaba viajar e instalarse en Paraná. Hoy la realidad es bien diferente, junto con la conectividad a internet y a la telefonía celular vuelven a este lugar un sitio más que amable. Un loteo y varias casas construidas o en obras dan cuenta de esto.
Ruta de la producción
Para el tiempo que viene, cuando la pandemia sea una lejana pesadilla, su carpeta de sueños cuenta con un proyecto concebido para desarrollar un nuevo anillo de comunicación vial para una amplia y rica zona del departamento Paraná.
Un pavimento que se extendería sobre el camino que hoy serpentea desde la ruta 12, en La Picada, cruzando la próxima Autovía (hoy ruta 18) en la zona del arroyo Espinillo -a muy pocos kilómetros del RP N°35 que viene desde Seguí-, llegando a Sauce Pinto, desde donde seguiría su recorrido una vez más hasta la 12. El proyecto contempla que la traza vial se estire hasta la ex ruta 131, en las afueras de la ciudad universitaria de Oro Verde, localidad asentada a la vera de la Ruta Nacional 11.
Son 28 kilómetros en total. Un ambicioso sueño que, de concretarse, podría potenciar la producción agrícola, porcina, avícola, tambera, entre otros rubros centrales de la economía entrerriana.
“Hace unos años gestionamos y conseguimos que un gasoducto productivo llegara hasta el pueblo. Sabemos que lograr esta obra (la nueva ruta) puede llevar mucho tiempo de insistir, reclamar, pero es así, la peor gestión es la que no se hace. La carpeta con la idea está en manos del gobernador Bordet” sostiene el titular de la Comuna de Sauce Pinto.
Un pueblo con identidad
Hace un tiempo, las autoridades de la Comuna de Sauce Pinto decidieron que sus calles, alguna de pavimento, otras de ripio o de tierra, lleven los nombres de algunos próceres, pero también de algunos vecinos que consideraron merecían ese reconocimiento, porque hacen a la identidad, a la memoria y la historia de una comunidad.
“Por ordenanza se estableció que las calles que corren de este a oeste lleven nombres de próceres nacionales y provinciales; las de norte a sur llevan el nombre de vecinos que ya no están pero que en su tiempo hicieron mucho por Sauce Pinto” concluye Bettoni.
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Miguel y Emilio Ruberto / Campo en Acción