Con el objetivo de desarrollar prácticas tecnológicas de fácil adopción por parte de los ganaderos, pero que a la vez tengan un impacto directo en la productividad y rentabilidad de los sistemas pastoriles en la región semiárida del sudoeste bonaerense, un equipo de investigación evalúa alternativas de suplementación energéticas que mejoren la respuesta productiva y la tasa de engrasamiento de animales terminados en sistemas pastoriles.
Se enfocaron en el uso de grano de avena como suplemento energético que, además, es un recurso que puede ser producido en el propio establecimiento dada la mayor factibilidad de cosecha que tiene este cultivo en el sudoeste bonaerense, disminuyendo el riesgo asociado a la volatilidad de los precios y la disponibilidad de otros granos.
Andrea Bolletta, una de las impulsoras del proyecto, del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, precisó que “la opción de suministrar el grano de avena en silos autoconsumo, ahorraría tiempo y costos de personal, dedicado a suministrar el suplemento en bateas diariamente”, agregó Bolletta quien puntualizó que uno de los aspectos críticos del proyecto es evaluar el impacto de la suplementación con grano de avena en la calidad de la carne.
“Se espera que la suplementación con grano de avena no altere significativamente los parámetros de calidad de la carne a pasto, permitiendo así la preservación de atributos como el alto contenido de ácidos grasos esenciales como el ácido linoleico conjugado (CLA), así como las bajas proporciones de ácidos grasos saturados”, indicó Bolletta y agregó que “en caso de que los resultados confirmen esta hipótesis, los productores ganaderos podrían continuar comercializando carnes con calidad diferencial y alta aceptación por parte de los consumidores. Además, se podrían acelerar los tiempos de terminación de la hacienda gorda mediante la suplementación con grano de avena”.
Para llevar a cabo esta investigación, se utilizó el grano de avena entero suministrado en silo comedero de autoconsumo. Durante los últimos 90 días de engorde antes de la faena, dos grupos de novillos de aproximadamente 350 kilos se evaluaron bajo dos regímenes de alimentación diferentes. El primer grupo se alimentó exclusivamente en pastoreo de un verdeo de verano de sorgo forrajero, mientras que el segundo grupo, además del pastoreo, recibió suplementación con grano de avena en silo comedero sin restricción de consumo.
Se realizaron evaluaciones relacionadas con la disponibilidad y calidad del forraje base utilizado para la terminación de los animales, así como su capacidad de consumo. También se midieron el consumo de grano de avena, las ganancias de peso asociadas a ambas dietas y la eficiencia de conversión alimenticia. Además, se realizaron ecografías en los animales para determinar características de la carne, como el área del ojo de bife y el espesor de la grasa de cobertura.
En este sentido, Sebastián Lagrangeexplicó: “Una vez que los animales alcanzaron el peso y la terminación adecuada, se procedió a la faena de los mismos y se realizaron evaluaciones de las reses y se tomaron muestras de carne de cada grupo de animales para evaluar diferencias en características de calidad”.
“Próximamente se contarán con todos los resultados relacionados con la calidad de la carne producida en condiciones netamente pastoriles y aquella proveniente de dietas basadas en pasto, pero suplementadas con grano de avena”, agregó Lagrange.
Este proyecto de suplementación estratégica con grano de avena en sistemas de terminación pastoril representa un paso significativo hacia la mejora de la producción ganadera en la región, al tiempo que se mantiene un enfoque en la calidad nutricional de la carne. El ahorro de costos y la preservación de la calidad de la carne son aspectos esenciales que podrían beneficiar a los productores y consumidores por igual. Los resultados finales de este proyecto serán de gran interés para la industria ganadera y la comunidad en general.