En Victoria se concretó la jornada de capacitación sobre manejo de Vicia Villosa Ascasubi INTA organizada por Bioceres y Rizobacter; y la cita concentró la atención de productores y asesores motivados en la búsqueda de las mejores opciones para acceder a la rentabilidad bajo normas de sostenibilidad.
“La oportunidad de crecer en estrategias de manejo está al alcance de todos y del intercambio de experiencias salen las mejores opciones”, describió María Carballo, agente Zonal Entre Ríos de Bioceres al dar cuenta para Campo en Acción de los objetivos del encuentro.
Como abonando la idea de la profesional, el asesor privado del sudeste cordobés José Luis Zorzin ponderó que, en su zona, “las primeras experiencias con los cultivos de cobertura arrancan en 2008, pero en los últimos años creció bastante. Aprendimos, ajustamos y mejoramos”.
En su opinión, “la principal duda de los productores pasa por saber cómo impactan en el cultivo que viene luego; y por otro lado siempre se piensa en el costo que demanda; y en nuestro país se complica planificar, todo el tiempo hay que hacer presupuestos”. Sin embargo, fundamentó que es una opción importante porque “compite con malezas y, a mediano y largo plazo, baja el uso de insumos. El aporte de nutrientes es muy importante”.
Su colega entrerriano Víctor Veik aportó a la charla que una de sus primeras experiencias datan de 2007, cuando “recién recibido veía que la soja que venía de un cultivo de servicio rendía más”. Ahí se puso a investigar, a buscar ayuda y a aprender y en 2018 dio cuenta de un crecimiento a partir de las respuestas rápidas.
Como resultado, ahora puede asegurar que en nuestros suelos vertisoles las cosas funcionan distinto y que con la labor profesional y la investigación se evoluciona. De ahí que dejó una declaración muy útil para sintetizar la cuestión: “Hacer intensificación en suelos vertisoles es negocio, y cuando las cosas son negocio se hace todo más fácil”.
Por su parte, Gabriel Carini, jefe de Productos Microbiológicos Especiales y Cebos en Rizobacter, aportó un aspecto esencial al subrayar que “no se puede hacer vicia sin inocular, el inoculante es muy barato y logra incorporar nitrógeno a la vez que hace la fijación biológica”.
El experto determinó que su compañía sostiene la posición de vanguardia con el respaldo de gran cantidad de ensayos e investigaciones que permiten abordar todas las variantes antes de hacer una recomendación.
Y Alejandro Sartori, jefe de producto Nutrición y Bioestimulación Argentina de Rizobacter, puso en valor que los bioestimulantes, para cualquier cultivo, facilitan un mayor desarrollo y permite superar escenarios de estrés. En sus palabras “le sacan todo el jugo” a la planta y optimiza el control de maleza y la producción de materia seca, por ejemplo.
“Un buen resultado en este cultivo impacta directamente en el sucesor” definió. En cuanto a la sustentabilidad fue al centro de la cuestión al especificar que “los cultivos de servicio reducen el impacto ambiental notablemente; toda la tecnología que se apliquemos favorecen en este sentido”.
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