Tras el cimbronazo de la devaluación del 14 de agosto, posterior a las elecciones primarias, el frigorífico Swift decidió frenar sus actividades y dispuso vacaciones para 2.500 empleados como consecuencia de los aumentos en la mercadería recibida.

La empresa que procesa alrededor de 40.000 cabezas de ganado al mes, optó por suspender sus actividades en sus plantas ubicadas en las localidades santafesinas de Villa Gobernador Gálvez y Venado Tuerto.

Esta decisión fue tomada en respuesta al marcado incremento en el precio del ganado en pie. Tras la devaluación del 22% del peso, el precio aumentó cerca de un 25%, sumándose a una suba del 30% que ya se había acumulado en las dos semanas previas a las elecciones primarias.

Desde la perspectiva de la empresa, que destina el 70% de su producción al mercado internacional, indican que la tendencia de los precios globales no sigue este aumento en el precio del ganado, y que el mercado local tampoco está en condiciones de absorber la diferencia. Por lo tanto, optaron por detener la faena durante quince días, con la posibilidad de extender esta suspensión.

Dentro de la cadena de producción, se argumenta que el aumento en el precio del ganado representa una actualización de los valores que estaban rezagados en comparación con la inflación, debido a un exceso de oferta causado por la sequía.