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Agricultura

Sustentabilidad y precio son los fundamentos del maíz

Los agricultores se aprontan a concretar una trilla maicera con marcas rércod.
Los agricultores se aprontan a concretar una trilla maicera con marcas rércod.
12/10/2021 18:45 hs

El cultivo de maíz invirtió el peso de la balanza en nuestro país y empieza a liderar las intenciones de siembra. Aumentar la superficie de maíz y reducir la de soja, es uno de los mensajes más promovidos para disminuir los efectos ambientales, pero ahora también más rentables.

En el país, más de dos tercios del área es destinada a soja y menos de un tercio a maíz.

Si bien existe una amplia paleta de cultivos de verano que se desarrollan a lo largo y ancho del país, la soja y el maíz son los que compiten por los mejores ambientes productivos. Además, es la soja la que vino ganando por mucho en la proporción de suelo sembrado.

Desde la década del 90´comenzó a sobresalir al punto tal de nombrar a este proceso de conquista de hectáreas sojización. Los debates respecto a los perjuicios que el monocultivo de soja traía, ponía del otro lado al maíz, por ser el segundo cultivo de verano más elegido para su siembra.

Es que el maíz cuenta con características agronómicas que contribuyen a suplir lo que a la soja le falta: principalmente carbono al suelo a través de los rastrojos. Pero a partir del 2016 este proceso de avance de la soja comenzó a revertirse y el maíz ganó, campaña tras campaña, mayor superficie de siembra.

“La posición de Argentina, comparado con sus dos principales competidores americanos, Brasil y Estados Unidos, respecto a proporción de superficie ocupada por ambos cultivos, es muy diferente”, explica Marianela De Emilio, especialista en agronegocios.

Estados Unidos, el gigante agricultor, siembra más de 70 millones de hectáreas entre maíz y soja, destinando 52% de esta superficie a maíz, y 48% a soja. Recibe el puesto de mayor productor de maíz del mundo.

Brasil, en segundo lugar, siembra con soja y maíz en sus diferentes fechas de siembra más de 58 millones de hectáreas, destinando 66% a soja y 34% a maíz, coronándose como el mayor productor de soja del mundo.

Argentina, casi como su ubicación geográfica lo determina, está en tercer lugar, con 23,6 millones de hectáreas sembradas entre estos dos cultivos. En su proyección 21/22 se destinaría 70% a siembra de soja y 30% a maíz. “Vemos que, de los tres países, Argentina es la más sojera, seguida de cerca por Brasil”, dice De Emilio.

En el país, más de dos tercios del área son destinados a soja y menos de un tercio a maíz. “Analizar estas proporciones en términos agronómicos, resulta en que es imposible hacer rotaciones bianuales. Un año soja y al siguiente maíz”, señala.

Por el contrario, se entiende que, para mantener esta proporción, se requiere sembrar de dos a tres años seguidos soja y uno de maíz. Esta proporción argentina ha evolucionado a favor del maíz en las últimas campañas.

En los últimos trece años hubo campañas con superficie sembrada con soja, siete veces mayor a la de maíz. Siendo cinco y seis a uno la proporción más frecuente hasta la 15/16, para reducirse a tres a uno a partir de la 16/17 y acercarse a dos a uno en la futura 21/22.

“Comparando con Brasil y Estados Unidos, aún se produce una gran proporción de soja y menor de maíz. Continuar revirtiendo esta tendencia sigue siendo un desafío, desde el manejo técnico profesional agronómico y desde la gerencia de las agro empresas”, presagia la entrevistada.

Más de 90% de la soja producida en nuestro país, se exporta como grano, harina o aceite de soja. Más del 70% del maíz comercial producido se va en exportaciones como grano. El resto se queda dentro del país para ser usado por la industria o producciones cárnicas.

En el caso de la soja, siendo su rol principal la exportación de harina de soja, ha logrado procesar más de 44 millones de toneladas en campañas anteriores. Mientras que para la futura 21/22 se espera una cosecha de 44 millones de toneladas, dejando sin margen para errores, a fin de que la industria procesadora disponga de la mercadería durante todo el año, en caso de sostenerse el volumen de molienda y exportaciones de harina y aceites, no quedaría saldo de soja como grano.

En cuanto a maíz, se proyecta una cosecha de 55 millones de toneladas, récord histórico de cosecha de maíz comercial. Las mayores exportaciones anuales en las campañas recientes, fueron de 40 millones de toneladas. Esto representaría 72% de la proyectada cosecha, en caso que se sostenga ese volumen de exportaciones.

“En caso que se exporte ese volumen, 40 MM TN quedarían 15 MM TN para ser consumidas por la industria local. Este consumo anual normalmente no supera 6 millones de toneladas, quedando un saldo que podría rondar 9 millones de toneladas”, pronunció la especialista.

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