Abraham Guirchovich y Mario Schussel generan riqueza para la nación desde los suelos del norte entrerriano. En campos de Alcaraz siembran y crían vacunos desde hace tiempo, hasta que decidieron funcionar unidos para ser mejores. La confianza, dicen, es una condición que se construye a diario y ellos la forjaron tanto que juntos compran tanto maquinaria agrícola como insumos. También hacen tándem en el intercambio de saberes, experiencias y capacitaciones, que, -por cierto-, les ha dado muy buenos resultados.
Y lo hacen con el acompañamiento y asesoramiento de expertos de la firma Agrofe Campo, que en oportunidad de la visita de Campo en Acción, estaban justamente palpando la actualidad de la campaña maicera entrerriana. En rigor, la recorrida incluyó lotes sembrados con un material del semillero KWS denominado KM 3916 Vip3 RR que se adapta a siembras tempranas y tardías “con excelente estabilidad de rendimiento”, según definió Nicolás Porcaro, responsable técnico de la compañía.
Antes de entrar a dar precisiones de lo hecho en Alcaraz, Porcaro dejó en la grabadora una pincelada del escenario agrícola general de Entre Ríos. Dijo que la campaña maicera arrancó con siembras óptimas, las que van desde mediados de agosto, en lugares donde la humedad dejaba hacerlo. En esos cuadros ya se están llenado de granos las espigas y con gran perspectiva de rinde.
En el resto se implantó hacia finales de octubre, ya con las lluvias tupidas, y se dejan ver en buen estado. Subrayó que para lo último quedaron los tardíos que se están plantado justo por estos días. “Estos están creciendo, como por ejemplo en Diamante, donde es usual hacer cultivos de cobertura. La perspectiva es muy buena”, sentenció.
En Alcaraz la visita fue a través de lotes logrados con material sembrado a principios de septiembre y se ven espléndidos, solo falta que pierda humedad el maíz. Son los famosos híbridos KWS denominados KM 3916 Vip3 RR. “Fue logrado para siembras tempranas en lotes de alto potencial, pero vimos que dio resultados en condiciones diferentes y se transformó en un todo terreno”, contó el especialista y remató con que lo eligen los productores que buscan estabilidad, con una densidad de media a baja y fertilización adecuada. Al describirlo aportó que es un híbrido sano, de espiga flexible, no padece enfermedades y su fortaleza es el peso de mil granos.
A modo de atractivo adicional mostró un ensayo de siembra de ocho híbridos donde se prueban variedades pre comerciales y comerciales, de segunda, de la marca, y sumaron otros recomendados de primera pero que, aseguró, “los implantamos para ver su desempeño porque buscamos un rendimiento estable”.
Abraham Guirchovich se anotó en la charla para otorgar un contexto climático a la conversación: “Acá venimos de un invierno muy seco y una primavera con apenas 30 milímetros caídos a principios de septiembre; le siguió un mes sin precipitaciones y luego si, las lluvias acompañaron en todo el ciclo del maíz”. De ahí la motivación a lograr rendimientos para enmarcar.
Ambos productores son mixtos y hacen lo suyo en lotes propios y alquilados. Invierten en tecnología para mejorar y planificar. Es decir, saben bien lo que es poner en riesgo el capital. “Este año hicimos, en invierno, mitad trigo y mitad lino; en verano casi todo maíz con lotes bien preparados, algo de sorgo y maíz tardío para cerrar”, confió y especificó que “al lino lo elegimos porque nos gusta, es noble, combina con ganadería, pero es complejo de comercializar”.
Mario Schussel ponderó, justamente, que este año planificamos muy bien el maíz, pero hubo cambios de última hora. Lo usual en el campo. En sus palabras: “Una lluvia muy puntual nos motivó y las copiosas precipitaciones posteriores nos obligaron a revisar la planificación, por ejemplo, dejé lotes que estaban destinados a maíz y los pasamos a soja”.
Lo cierto es que, reveló “por falta de costumbre estaba reticente al maíz, pero las mejoras de los híbridos ahora hacen más fáciles las cosas en esta zona. Hace unas cuatro campañas que cambió”.
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