Los precios de los fertilizantes, claves en cualquier producción agropecuaria, se dispararon en los últimos meses. Para que la tendencia se revierta, las fichas están puestas en que la producción se reactive y pueda responder mejor a la demanda a medida que avance el año. No obstante, el contexto internacional y las idas y vueltas de los gigantes del agro mundial pueden inclinar la balanza y mantienen atentos a los mercados.
Un relevamiento realizado por Fertilizar Asociación Civil señaló que en Argentina, en 2021, la demanda de fertilizantes se incrementó entre 6 y 8% en comparación con 2020, llegando a un total de 5,6 millones de toneladas. Esta cifra récord se vio reflejada en la actual campaña de trigo y dio impulso a los resultados sin precedentes que se están dando en la producción del cereal.
Según Alejandro Ovando, director de IES Consultores, “para la temporada 2021/22 este incremento era completamente previsible ya que se esperaba un crecimiento en la siembra de casi todos los cultivos”.
En Argentina, la industria local no logra cubrir la gran demanda de fertilizantes que hay y por eso se recurre a la importación para completar el abastecimiento. Con la creciente demanda, también aumentó la necesidad de importar estos insumos.
Según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario, en el período 2016-2020 alrededor del 67% de los fertilizantes empleados eran importados, mientras que solamente un 30% fue posible suplir con producción nacional. Si bien este porcentaje muestra signos de crecimiento, no logra ser suficiente, sobre todo respecto a la escala de crecimiento de la demanda quinquenio a quinquenio.
Siguiendo con las cifras de la BCR, del total de los fertilizantes usados, el 56% son nitrogenados. Incluso la urea sola representó el año pasado el 40% del total de los fertilizantes aplicados en el país.
Esta complejidad se encuentra inserta en el actual escenario, donde el precio promedio de la importación de urea (con seguro y flete o condición CIF) pasó de u$s 271/t en septiembre de 2020 a u$s 460 en septiembre de 2021. Se trata de un salto de casi el 70% de su precio en dólares, algo que se encarece más en contraste con el debilitamiento de la moneda argentina.
Por otro lado, la bajante del río y la falta de agua que ya hace unos años perjudica al canal del Paraná también inciden, ya que significa costos crecientes de logística, ante la imposibilidad de los barcos de descargar mercadería en los puertos del Gran Rosario, teniendo que hacerlo en las terminales del sur de la provincia de Buenos Aires.
Hay varios factores de contexto internacional, que incluyen a los grandes productores de fertilizantes, y que condicionan el panorama con el que hoy los productores argentinos se topan a la hora de comprar fertilizantes.
Escenario
Desde la Cámara Argentina de la Industria Argentina de Fertilizantes y Agroquímicos (Ciafa), compartieron un análisis y proyecciones con Agroclave, que permiten esbozar mejor el panorama para el mercado de fertilizantes en 2022.
En cuanto a precios, desde Ciafa proyectan una posible reversión de la tendencia alcista. “En el caso de los nitrogenados, vemos una corrección a la baja en la medida que se va normalizando la oferta hacia el otoño, con altos precios que incentivan mayor producción industrial. La salida del invierno del hemisferio Norte mejorará la disponibilidad de materias primas, gas y carbón’’, señalaron.
Esto podría aliviar la falta de recursos energéticos en Europa, que reanudaría su producción local de fertilizantes, sin la necesidad de importar. Este panorama estará sujeto a qué suceda con las tensiones políticas y militares entre Ucrania y Rusia que hoy despiertan preocupación. Se trata de dos de los más grandes exportadores de granos y cereales en el mundo y en el caso de Rusia, es responsable del 40% del gas suministrado a la Unión Europea, que también activa los motores de su industria. Esto es en el mercado de los nitrogenados, como la urea.
‘‘Para los fosfatados se espera una corrección más lenta en el tiempo debido a la mayor concentración de la oferta (Rusia, Marruecos) que todavía está atendiendo demandas de Asia y Europa’’, prevén desde Ciafa.
Una parte menor del abastecimiento es producto de la industria nacional. Respecto a esa producción local, “se espera que la industrias operen a su capacidad, logrando aproximadamente 1,8 millones toneladas (1,3 millones de nitrogenados y 0,5 millones de fosfatados) pero su performance dependerá del mantenimiento de las plantas, de la evolución de la situación sanitaria debido al Covid-19 y adicionalmente de la disponibilidad de materias primas y la logística internacional y local”, proyectaron desde la Cámara de la Industria de Fertilizantes y Agroquímicos.
El análisis y la toma de decisiones tempranas será fundamental para las futuras campañas y la anticipación será la clave. ‘‘Al depender mayormente de la importación -más de dos tercios de los 5,6 millones de toneladas que consume anualmente Argentina son importadas-, la anticipación será clave para lograr abastecer en tiempo y forma’’, insisten desde la Cámara.
Además, habrá que estar atentos a lo que suceda en el tablero geopolítico, por más que algunos conflictos parezcan lejanos: ‘‘Problemas geopolíticos están alterando los flujos normales del comercio, como es el caso de Estados Unidos, que aplicó derechos compensatorios a importaciones de Rusia y Marruecos; Rusia aplicó cupos de exportación, al igual que China, Bielorrusia sancionada, tensión entre Estados Unidos y Rusia por Ucrania, Rusia eleva costos y disponibilidad de gas a Europa’’, detallaron.
Exportación
¿Quién es el líder en producción de estos fertilizantes? El mundo conoce a cuatro grandes productores: China, India, Estados Unidos y Rusia. Uno de los problemas surge a partir de cuánto de la producción de estos países se exporta y cuánto se destina al consumo interno en esos países. Solamente dos de esta lista son considerados grandes exportadores de urea, y son China y Rusia, que recientemente limitaron la venta del nitrogenado.
En el caso de la República Popular China, es responsable de la producción de un cuarto de la urea que se produce en todo el mundo pero asimismo, también es uno de los más grandes consumidores. El más reciente plan quinquenal que presenta el gobierno chino tiene como objetivo lograr lo que se denomina una doble circulación de la economía a partir de lo que sucedió en la pandemia. En palabras del propio gobierno, esto significa que “toma el mercado interno como el pilar mientras deja que los mercados internos y externos se impulsen mutuamente” y así alcanzar un desdoblamiento de la dinámica interna de la economía china y separarla de la dinámica externa.
La circulación interna llevará como prioridad satisfacer las necesidades del mercado interno en primer lugar. Esto se traslada al mercado de fertilizantes. Además, fuertes controles sobre el consumo energético también ponen un freno a la producción y encarecen la cantidad destinada a mercado externo, y se sabe cómo son las reglas de la oferta y la demanda: si hay menor oferta y mayor demanda, el precio crece.
Rusia tomó un rumbo similar pero condicionado por un recurso clave: el gas natural. La situación del gas comenzó un efecto dominó que terminó por influir en toda la Unión Europea y eventualmente, complicó el escenario de exportaciones de fertilizante. En 2021, los precios de la energía nuevamente se elevaron, incluyendo al gas natural, del cual el viejo continente es muy dependiente.
Con el alza del precio de este hidrocarburo, los precios de la urea producidos en el país euroasiático también se dispararon y se impusieron cuotas de exportación desde noviembre, dejando en segundo plano al mercado externo.
Las demás plantas de fertilizantes distribuidas por toda Europa también se vieron perjudicadas por el alza del precio del gas, lo que provocó el parate tanto de plantas de fertilizantes, como de amoníaco, que es el componente principal en la síntesis de urea.
A raíz de esto, la Unión Europea, que también cuenta con una demanda interna a cubrir, tuvo que incrementar su demanda de fertilizantes importados provenientes del norte de África, más específicamente de Egipto y Argelia. De forma muy predecible, los precios de la urea exportada por ambas naciones experimentaron una fuerte suba, algo que golpeó directamente al agro argentino, que tiene como principales proveedores a estos dos países.
En el hemisferio norte del continente americano el clima también puso su grano de arena para el aumento de los precios de los fertilizantes. El huracán Elsa, que tuvo en alerta a la costa de Florida entre el 30 y el 9 de julio de 2021, provocó daños en una planta de fosfatos en Tampa, Estados Unidos; y también afectó a plantas de urea y otros complejos petroquímicos en el golfo de México.
Precios
Todo lo expuesto, en conjunto con una demanda de fertilizantes a nivel mundial que se reactivó de manera mucho más rápida en comparación con la recuperación de los niveles de producción de los fertilizantes, condicionaron a los precios para tender a la suba, sobre todo desde junio a diciembre.
Esta es la foto del mercado de fertilizantes al día de hoy con la que los productores se encuentran a la hora de evaluar y tomar decisiones de campaña. Un escenario cambiante, con múltiples actores tras bastidores. La clave está en mirar el macrocontexto para vincularlo al contexto más inmediato al momento de planificar cada campaña. Fuente: Agro Clave / Cristal Colla
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