Como muchas otras, la campaña arrocera viene complicada fruto del clima y los costos. En la provincia algunos prevén que el área cultivada baje entre 12% y 15% para quedar en torno a las 55.000 hectáreas.
“Se nota un atraso en las emergencias producto del clima”, dijo al respecto Nicolás Galeano, técnico de la cooperativa Arrocera de San Salvador durante la recorrida de Campo en Acción por un lote de 40 hectáreas sembrado en inmediaciones de Arroyo Sandoval, Villaguay. Implantaron 40 hectáreas el 20 de octubre con la variedad Gurí, cuando todavía hacía frío en la zona.
“Los productores han tenido que mojar para que nazca el arroz y esos nacimientos no son buenos, tampoco parejos. Es un inicio de campaña atípica” contó el experto quién determinó: “El año viene seco en toda la cuenca, incluso hay lotes tempranos que padecieron por las heladas tardías”.
Ante tal escenario sumó que “con el primer baño el arroz no nace, hay que hacer dos para asegurarlo y por la falta de lluvias se bañó mucho en la región”.
Contó que el control de malezas es cada vez más complejo, -“como en todos los cultivos”- y sentenció: “Si bien esta campaña mejoró bastante el acceso a los insumos, en relación a los años anteriores, el impacto de malezas como capines se siente”.
En su opinión, los costos de producción hacen que el arrocero piense dos veces la inversión, el impacto de los fertilizantes, el combustible y el riesgo los deja afuera del sistema. El especialista proyecto que si las condiciones adversas se revierten, el pequeño productos regresa a la actividad por, describió, “los arroceros son apasionados, se trata de gente que viene de varias generaciones en un cultivo trabajoso y noble; pero los númerois deben ser convenientes”.
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