Las máquinas agrícolas en el mercado argentino, especialmente las fertilizadoras, comienzan a pivotear entre la química y la biología.
La combinación de insumos químicos y biológicos se complementan para lograr la mejor nutrición en soja, tal como se planteó en el Seminario Acsoja 2022.
El panel “Contribuyendo a una intensificación inteligente de la producción de soja” fue dirigido por Fernando Salvagiotti, especialista del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria. Afirmó que para hablar de nutrición de cultivos se debe pensar en “estrategias que se complementan”,
Esas estrategias tienen que ver con “la intensificación sustentable” de los cultivos pensando en “el sistema como un todo en el que se manejan recursos naturales” y donde además se parte del conocimiento de que “los suelos están degradados”.
Salvagiotti advirtió que para nutrir el cultivo “hay que dejar de pensar sólo en los fertilizantes” e incorporar a los bioinsumos (biofertilizantes y biopesticidas), a los cultivos de cobertura y a los inoculantes biológicos.
En el caso de la brecha de nutrición en soja está establecido que para obtener una tonelada más de rendimiento se necesitan 80 kilos de nitrógeno; 8 kilos de fósforo y 33 kilos de potasio.
“Pero para apuntar a un alto rendimiento la demanda va a ser mayor. Esa demanda se puede satisfacer de cualquier forma”, dijo el especialista del INTA.
Salvagiotti describió los aportes de las distintas variantes:
Los fertilizantes biológicos, que colaboran en la fijación de nitrógeno y asimilación de fósforo y otros nutrientes.
Los inoculantes, con los cuales se logra hasta 20% más de rindes.
Los bioinsumos que tienen mayores efectos en el cultivo en momentos de mayor estrés del cultivo, como el actual por la extensión de la sequía.
Salvagiotti señaló que una mejora en la nutrición de las plantas y condiciones de crecimiento en general afecta la acción de la fijación biológica de nitrógeno.
Entre las recomendaciones, el experto apuntó que se debe “conocer las dosis a aplicar” para lo cual hay que hacer diagnóstico de suelo. Fuente: Maquinac
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