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ALGODÓN

Las dos caras del algodón en el norte santafesino

27/04/2020 16:42 hs

En la provincia, los rendimientos son muy buenos, oscilando entre 2000 y 3000 kilos por hectárea. Sin embargo, por impacto del COVID-19 hubo grandes bajas en el precio de la fibra y dejó a los productores a la expectativa.

La provincia de Santa Fe es después de Santiago del Estero y Chaco, la tercera productora nacional de algodón con más de 73 mil hectáreas dedicadas al cultivo esparcidas en los departamentos 9 de Julio, General Obligado y Vera.

Según datos del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, en la actual campaña se sembraron en el país 460 mil hectáreas, incrementándose la superficie nacional 73.500 hectáreas por campaña en promedio en los últimos cuatro años.

"Estamos frente a un año, atípico por la pandemia pero muy bueno desde lo productivo en cuanto a rendimientos a campo del cultivo de algodón, con lo cual se espera una cosecha récord de más de 300 mil toneladas a nivel nacional", aseguró el Ing. Agr. Pablo Vaquero, presidente de la semillera Gensus. "Según lo que muestran las imágenes satelitales, se incrementó el área sembrada aproximadamente en un 10 a 15%. Hasta hace muy poco el algodón era el que tenía mayor margen bruto en la zona por lo cual el productor había apostado muy fuerte al cultivo".

Sin embargo, los buenos resultados de la campaña se vieron opacados por la pandemia provocada por el COVID-19 y la consecuente cuarentena y paralización de la industria textil. La demanda cayó abruptamente y con esta, el precio actual de la fibra. "El gran interrogante es qué hace el productor en el caso que pueda desmotar y guardar la fibra esperando un mejor momento o como hace para vender ahora una parte cuanto no hay oferta de buenos precios en el mercado. Este es uno de los mayores pedidos de la cadena algodonera hoy al gobierno. Buscar la forma de ayudar de alguna manera tanto a los productores que tienen que desmotar como a la industria textil que necesita trabajar y darles trabajo a los operarios", señaló Vaquero.

Apostar al futuro

A pesar de la difícil situación que atraviesa el sector en el área comercial, Vaquero se mantiene optimista y señala que hay que prepararse para "el día después", una vez que la actividad se reactive y vuelva a la normalidad. Como referente de la única semillera que produce y vende semilla legal de algodón en el país, indicó que fue mayor el uso de semilla fiscalizada en comparación del año pasado y se notó mucho en los rendimientos a campo.

"Este año vamos a lanzar volúmenes importantes de tres nuevas variedades que INTA desarrolló en los últimos años y que ahora estarán disponibles comercialmente para que el productor pueda acceder a mejores rendimientos y variedades más adaptadas a cada región".

En cuanto a un evento para controlar el picudo algodonero, Vaquero explicó que se viene trabajando desde el INTA Castelar y el INTA Sáenz Peña en un evento biotecnológico que podría tener muy buen comportamiento frente al insecto. "Es un proyecto que está en marcha pero el proceso que necesita hasta que llegue a ser comercializado es bastante largo (no menos de 5 años). Por el momento el INTA sigue trabajando en esa línea y ojalá tengamos en algún momento una solución para el picudo. Hoy los recursos que tenemos son los que ya conocemos: las trampas de picudo, el vacío sanitario con destrucción de los rastrojos y hacer controles periódicos con insecticidas para mantener a la población en cero o muy baja. Un algodón que se siembra en un lote libre de picudos tiene muchas posibilidades de llegar a muy buenos resultados, por lo cual el control preventivo antes de la siembra es muy importante".

A buen ritmo

En relación a la cosecha, Marcelo Braidot, miembro de la Unión Agrícola de Avellaneda en el departamento General Obligado, explicó que se había dado un pequeño atraso por las últimas lluvias. El algodón es una planta que una vez defoliada se rebrota rápidamente y debe aplicarse otro producto,- explicó -, pero que una vez llegado el buen tiempo la cosecha continúa a ritmo normal.

Tampoco se esperan precipitaciones abundantes en los próximos días lo que permitiría que se continúe defoliando aprovechando la madurez del cultivo.

Como aspecto negativo, analizó Braidot, está la gran caída del precio internacional. "Un producto que hoy debería estar, para hablar de un buen precio, entre 20-22 mil pesos se está pagando 16 mil pesos".

Esta situación es una conjugación de varios factores, entre ellos, la pandemia y la caída del precio del petróleo. "La industria nacional paga bien la fibra temprana que es de buena calidad, pero por el contexto actual, no están comprando. La mayor cantidad de negocios que estamos haciendo es de exportación. La mayor parte de la fibra que se produce en Argentina se vende afuera (aproximadamente un 80%), el resto queda en la industria nacional, que también a veces importa si no tiene la calidad adecuada", advirtió el cooperativista.

En relación al trabajo durante la cuarentena obligatoria, Braidot comentó que en un principio tuvieron algunos problemas con el sindicato y no se pudo trabajar en las desmotadoras por algunos días, pero luego se fue normalizando el trabajo por turnos. "En vez de hacer los tres turnos de 24 horas, se fue haciendo uno, después un turno ampliado hasta que recién esta semana se empezó con el tercer turno".

Importancia regional

Es destacable todo lo que mueve la cadena algodonera, expuso Braidot. "Desde la semilla, que se lleva a Reconquista donde se extrae aceite y otro subproducto que es el pellet, con muy buenas proteínas para la nutrición en el tambo, o en engorde de feedlot o también para exportación".

"También depende de este cultivo la producción de algodón hidrófilo con el que se confeccionan pañales y apósitos por ejemplo, y ni hablar la industria del hilado y la tejeduría. Si bien no somos muy competitivos en la confección de prendas, tenemos cooperativas que trabajan para marcas muy importantes del país. Una de ellas es la Cooperativa Enhebrando Metas que tiene sedes en Avellaneda y Lanteri".

La gran cantidad de puestos de trabajo que hay detrás del algodón es una de las cosas más importantes para destacar, insistió el referente. "Si uno recorre el Chaco hoy, lo empobrecido que está, es justamente porque son muchísimas menos las hectáreas que se siembran de algodón por diferentes motivos; como el picudo o la falta de respaldo que tienen algunos productores que terminan malvendiendo la fibra de acuerdo a como este el mercado".

Con todo, el cultivo de algodón es hoy, en el marco de la bajante del Paraná, el cultivo que arrojará menos pérdidas, si se la compara con la soja, graficó Braidot. "Los lotes en la zona del noreste santafesino no dan ni 400 kilos y eso no paga absolutamente nada. Si se alquila no alcanza para pagar al arrendatario y las máquinas menos si no tiene propia para recolectar. Dentro de la malaria, con el cultivo de algodón estuvimos redondeando los 2 mil kilos promedio por hectárea, entonces aunque sea a un mal precio, tenés algo".

Por último el referente de la cooperativa lamentó la falta de apoyo por parte del Estado a los productores que encuentran difícil pagar la financiación de los insumos para volver a sembrar. "Lamentablemente cada año van a desaparecer productores, no hay políticas de estado para enfrentar las situaciones realmente adversas y hoy no hay crédito en ningún banco".

Los números de la cosecha

En el este de la provincia de Santa Fe, en lotes sembrados durante la primera quincena de octubre, los rendimientos fueron muy buenos con promedios desde 2.000 a 3.000 kilos por hectárea. La calidad tecnológica de fibra, registró también altos valores de micronaire. Ambos resultados, están asociados a las altas temperaturas durante el período de llenado de cápsulas y el bajo número de cápsulas por planta que aumentaron la madurez de la fibra como la disponibilidad de asimilados por cápsula", aseguró Gonzalo Scarpin de INTA Reconquista.

En esta área, el progreso en el proceso de cosecha fue del orden del 65 %, con un avance semanal de 20 puntos, y los rendimientos promedios se mantuvieron superiores a 22 qq/ha, con mínimos de 15 qq/ha y máximos de 30 qq/ha. Considerados por parte del sector productivo, como buenos a muy buenos, según informó el Sistema de Estimaciones agrícolas de la Bolsa de Comercio de Santa Fe.

En el área oeste, la cosecha tuvo un progreso del 48%, con un avance semanal de 18 puntos. Los rendimientos obtenidos en promedio oscilaron desde 21 a 23 qq/ha, con mínimos de 10 qq/ha y máximos de 32 qq/ha.

En general, el estado del cultivo siguió siendo bueno, destacó el SEA, a excepción de los cultivares sembrados en fechas más tardías. Se continuó aconsejando a los productores la necesidad del monitoreo de las trampas para picudos, en los lotes donde la etapa de floración estuvo llegando a su fin, y en los que comenzaron las etapas de defoliación y recolección, para la posible captura de los insectos, en caso de presencia, disminuyendo así su población.

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