
En Buenos Aires, Entre Ríos, Santa Fe y Córdoba se han registrado precipitaciones que han llegado hasta cuadruplicar los promedios históricos.
¿Qué sucedió con el clima? ¿Se retiró La Niña? ¿Qué factores inciden en estos verdaderos diluvios? Son algunas preguntas que intentan responder algunos reportes de entidades vinculadas al agro, que también aportan información sobre cómo viene el otoño en materia de agua y temperaturas.
Saliendo de los eventos entrerrianos, donde el incremento superó holgadamente la media histórica (ver arriba), desde la Bolsa de Comercio de Rosario resaltan que febrero finalizó con valores por encima de la media en el 95% de esta región que abarca al norte de Buenos Aires, el sudeste cordobés y el sur santafesino.
“Con un promedio de 222 milímetros, las lluvias de febrero casi duplicaron la media del mes de los últimos 30 años (entre 100 y 140 milímetros, de oeste a este). Estas lluvias permiten una importante recuperación hídrica. La sequía quedó atrás y ahora la mayor parte de los suelos presentan reservas de humedad de adecuadas a excesivas”, resumieron.
De manera puntual, este relevamiento resaltó los datos de Bigand (Santa Fe), que acumuló 398 milímetros en febrero, siendo el segundo más lluvioso de los últimos 19 años. También fueron altos los valores de Carlos Pellegrini (337) y Rosario (280).
Luego, en el norte de Buenos Aires, Pergamino marcó 284 mm y Rojas, 279 mm. En el sudeste cordobés, los milimetrajes son menores, pero igual superan la media histórica de febrero.
De todos modos, por fuera de la región núcleo, el dato distintivo es el centro de Buenos Aires, donde por ejemplo 9 de Julio registró 427 mm en febrero, cuando el promedio histórico es de 108; es decir, casi cuatro veces más. Es además una cifra récord, ya que el máximo previo es de 1973 y con 286 mm.
Saladillo, otro ejemplo: 311 mm en febrero, también casi el cuádruple del promedio mensual de 91 mm y una cifra que no se registraba desde 1958, cuando fueron 300.
Una clave en este contexto es que marzo inició con la misma tendencia: Carnaval trajo verdaderos “bombazos” de agua en la zona núcleo y en los primeros cinco días del mes hubo marcas en la zona núcleo de 76 mm en Rufino, 69 en Junín, 63 en Baradero, 45 en General Pinto y 40 en Colonia Almada.
Así, “las precipitaciones generalizadas y recurrentes de febrero y principios de marzo, cambiaron por completo la situación hídrica de los suelos en la región núcleo. La sequía quedó atrás y, en general, las condiciones mejoraron a niveles de regulares a adecuados, con incluso sectores en el sudeste de la región donde la humedad alcanza valores abundantes a excesivos”, se insistió en el reporte divulgado desde Infocampo.
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