El aumento de los precios que permitiera recomponer capital era algo muy esperado por los criadores. La sequía afectó tanto las pasturas que la oferta abundó, hasta que se empezó a revertir el volumen de una zafra anticipada.
Así arrancó el análisis del mes en la mirada de los expertos del Rosagn. Siguen con que todos en la cadena de ganados ven con buenos ojos la recomposición tanto del gordo como de la invernada. Razonan al decir que en un país con una inflación anual del 115 %, estar un 40 % por debajo en términos reales expresa una descapitalización fenomenal de los criadores y engordadores.
Ponderan que la corrección de precios al alza trajo una bocanada de aire fresco a un sector que hasta ahora había sido el ancla que permitía mostrar índices de precios al consumidor apenas desacelerado. La realidad puso las cosas en su lugar y en el término de un mes el incremento de precios en la invernada dio un promedio del 35 % por arriba de los primeros días de julio.
El gordo en el Mercado de Cañuelas también comenzó su raid alcista a finales de julio. A pesar que los feedlots todavía están ofertando abundantes cantidades de animales para consumo debido a su llenado de los últimos meses, los precios hicieron experimentaron un aumento de más de un 25 % en pocos días. Esto brindó un respiro para un sector que vio diluir su rentabilidad en pocos meses.
La pregunta de los productores sobre si vender o no está a la orden del día.
En este proceso de recuperación de precios tan necesarios, todavía no finalizó claramente la variable que marcó todo este año: la falta de lluvia sigue siendo importante. Esto se evidencia en varios espacios territoriales donde continúan sacando animales debido a que la pastura no se repone definitivamente. Las lluvias darán, cuando lleguen, un plus de precios que se notará en la restricción de oferta de este segundo semestre.
En este marco se llevó a cabo el remate de agosto en Rosgan, mostrando una recuperación asentada en la fortaleza de la demanda. Aunque todavía no se ha recuperado todo lo perdido en términos reales, este cambio de expectativas era lo que necesitaba la ganadería para seguir apostando a la producción.
Los precios promedios de las distintas categorías fueron los siguientes: Terneros $ 718,43 Terneros/as $ 668,99, Terneras $ 649,31, Novillitos $ 664,98, Novillos $ 640,48, Vaquillonas $ 613,41, Vaca de invernada $ 448,37, Vaquillona con garantía de preñez $ 272.000,00, Vacas con garantía de preñez $ 221.578,95, Terneros Holando $ 461,91, Novillitos Holando $ 450,00 y Novillos Holando $ 535,00.
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