La Fungineta se detuvo en Diamante y le soltó las riendas al debate de la fito sanidad del cultivo de trigo, y los instrumentos disponibles para alcanzar el mejor rendimiento en los ambientes entrerrianos.
Con la presencia expertos como Norma Formento, fitopatóloga del INTA; y Nicolas Spinelli, del servicio Técnico de Syngenta, asesores y productores encararon de lleno el análisis de lo que se impone hacer para minimizar el impacto de las enfermedades en el cultivo.
“La provincia tiene todos los ambientes y estamos viendo todas las enfermedades del trigo, desde macha amarilla, roya anaranjada, estriada y amarilla”, arrancó la especialista durante el diálogo con Campo en Acción.
Especificó que las pocas horas de mojado foliar en la actual campaña provoca que la evolución de las enfermedades sea más lenta pero, -advirtió-, eso no implica que no estén presentes: “La ventaja es que el monitoreo es el instrumento fundamental para llegar a tiempo, en particular cuando se decide sembrar materiales susceptibles y altamente productivos”.
En su opinión, conocer lo que se va a sembrar es clave. Para ello, ponderó, desde diciembre de 2022 está disponible la información tecnológica de los cultivares comerciales de trigo en la Argentina en relación a las tres royas (amarilla, anaranjada y la del tallo). “Está bueno que, además de observar el potencial de rendimiento veamos el comportamiento sanitario de los materiales” precisó.
Contó que, de todas, la roya anaranjada prevale en la provincia y que la del tallo o negra no destaca desde 2015, “sin embargo, -dijo-, hay trigos guachos que la padecen y para esta campaña los productores entrerrianos deben estar muy atentos a su aparición porque no se conoce mucho, es distinta y aparece en la hoja primariamente”.
Recomendó que, en relación al manejo en general, lo más importante es utilizar cultivares de buen comportamiento porque estas royas vienen en el aire y son independientes a lo hecho en el suelo.
Fue al hueso al definir que “el manejo integrado no es difícil porque están disponibles las herramientas; como la semilla de calidad, fungicidas y cura semillas modernos que protegen el cultivo y el amiente”. Y al abordar el rol del asesor esquivó cualquier eufemismo al indicar que “el monitoreo es tarea de los profesionales para obtener valores de incidencia sin utilizar expresiones como que hay poco mucho o bastante. Hay que poner números”.
En ese escenario informó que los umbrales de acción sirven para evaluar la intervención: para mancha rondan el 15% y para roya amarilla muy bajitos, con 2% ya hay que intervenir, y si se trata de la anaranjada los umbrales suben a entre el 10 y el 20%.
Tras ponderar la estatura de Fomento como investigadora de referencia en el país, Spinelli aportó que la gira de la Fungineta resultó en respuesta a “la gran cantidad de consultas que veníamos recibiendo de profesionales, asesores y productores. Así la armamos para llegar a campo con soluciones concretas. El intercambio de opiniones suma cuando se trata de obtener el mejor diagnóstico y reconocimiento de enfermedades”.
El profesional especificó que la compañía que representa cuenta con una plataforma digital que permite hacer un seguimiento continuo de los lotes y se puede ver en cualquier celular o dispositivo, incluso cuando no hay señal.
También subrayó que la herramienta digital está dotada de un mapa de alertas para que el agricultor vaya censando lo que va apareciendo sobre su lote en materia de malezas o enfermedades; lo que permite decidir con precisión el momento de intervenir.
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