En la Bolsa de Cereales avisan que la soja entrerriana 2023 ocupará unas 540.000 hectáreas, unas 100.000 menos que las esperadas. El reporte semanal de la entidad destaca que, si bien hay menos hectáreas cultivadas con maíz de primera, sorgo y arroz (lo cual brinda oportunidades de crecimiento a la soja de primera), la expansión del área de trigo resultó en una proporción levemente superior y por lo tanto, restó hectáreas a la soja de primera.
En cuanto a las razones que atentan contra la implantación de la oleaginosa ponderan que sobre la Costa del Paraná la situación hídrica es muy complicada. "Los colaboradores reportan que, a excepción del extremo noreste, en el resto del territorio la humedad en la cama de siembra es escasa y es imperiosa la necesidad de lluvias para poder continuar con las labores", indica el informe de la organización cerealista.
En cuanto a la siembra de arroz precisan que el avance ya va por 82% sobre un total intencionado para el ciclo 2022/23 de 52.000 hectáreas. El retraso de las labores oscila el 10% por falta de humedad en el perfil, el área que resta está la espera de las precipitaciones pronosticadas para el fin de semana.
La primavera seca y fría demoró la emergencia del cultivo y en algunos casos provocó fallas en los nacimientos, dando como resultado una menor densidad de plantas al establecido. Ante esta situación, los productores han optado por iniciar más temprano los primeros baños, resembrar, o incrementar la dosis de fertilizantes para compensar la baja densidad de plantas. En los tres casos, el costo es el que define la decisión a tomar.
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