“Cada 1.000 toneladas adicionales que podamos sumar a la cosecha, entrarán 250.000 dólares más a las reservas del Banco Central de la República Argentina. De ahí la necesidad de sembrar hasta en las macetas. De ahí también la necesidad de recrear un ambiente de confianza y tranquilidad prescindiendo de mensajes amenazadores que generan miedos e incertidumbre”, dijo el presidente de la Federación de Acopiadores, Fernando Rivara en la apertura del congreso a Todo Trigo.

El dirigente puso en marcha este martes la décima edición del foro, que se llevará a cabo en forma online hasta pasado mañana. La inauguración contó con la presencia, del ministro de Agricultura de la Nación, Luis Basterra, quién dejó un mensaje de bienvenida grabado.

Rivara aportó que el sector está, por segundo año consecutivo, frente a la oportunidad histórica de aumentar la producción. Ponderó que es posible superar 21 millones de toneladas.

“Vivimos en un país que nos duele el aumento de la indigencia que llegó a los 2 dígitos, que el 60% de los chicos estén por debajo del nivel de pobreza, el 42% de pobreza general, el éxodo de compatriotas que buscan otros destinos”, enumeró.

En ese marco dijo que generar trabajo y riqueza no sólo es una oportunidad, es una obligación de los sectores productivos. “Han pasado gobiernos de todos los signos políticos y la decadencia es tendencial”, expresó.

Para Rivara, así como es responsabilidad de las fuerzas productivas generar desarrollo, es de la política crear el ambiente mínimo imprescindible para liberar fuerzas productivas. “Ni siquiera me refiero a la parte impositiva sino a que se garanticen los derechos consagrados por la Constitución argentina”, puntualizó.

Determinó que el reclamo es un derecho constitucional, “pero –dijo- en Argentina cuanto más pisotean los derechos de los demás, más exitosa es la protesta”. Enumeró el bloqueo a los puertos graneleros del gran Rosario por casi 30 días; a las rutas del sur bonaerense; de un parque industrial entero porque el sindicato de choferes consideró que el personal de una empresa debía estar dentro de su gremio; a una láctea en Cañuelas por diferencias en el gremio; a una empresa frigorífica de 1000 empleados porque 60 de ellos tienen una disputa con el sindicato; a los puertos Up River por empleados de la ex Buyatti; de rutas en Neuquén por auto convocados, con la población y vaca muerta desabastecidas; a las terminales portuarias de Buenos Aires por empleados de la ex Tacssa con cientos de contenedores inmovilizados, algunos cargados de pollos y carnes; de rutas en Tucumán por auto convocados que impiden la cosecha de limones y de soja.

Defensa de las instituciones

“Es un nivel de descomposición social muy grave que un grupo de empresarios transportistas auto convocados diga quién puede pasar y quién no por las rutas argentinas, y encima con la anuencia de la subsecretaría de Transporte del Gobierno de la provincia de Buenos Aires” especificó el dirigente y remató: “En estas condiciones argentina es un país inviable”, dijo.

Consideró que la mesa de los argentinos se protege produciendo más y no subsidiando a los ricos. Y en relación al control de precios consideró que las cadenas explicaron con números el bajo impacto que tiene el precio del trigo en los productos finales, y consecuentemente en la tasa de inflación.

Declaró también que por el aumento de los precios internacionales de los bienes que argentina exporta el Banco Central recibirá, en esta campaña, 8.500 millones de dólares adicionales de ingreso de divisas provenientes de los granos y sus productos. Y por derechos de exportación el fisco incrementará en 1.800 millones de dólares sus ingresos.

Calculó que “con apenas 600 millones de dólares, el Gobierno podría comprar y regalar todo el trigo necesario para que el pueblo argentino consuma pan gratis. Y aún le quedarían 1.200 millones de dólares extras. ¡Y todavía tenemos que escuchar a gente que dice que el aumento del precio de los granos es una mala noticia para los argentinos!”.

Transgénicos y transporte

El pope de los acopiadores reiteró la preocupación de la entidad por las 20.000 toneladas de trigo transgénico ubicadas en depósitos sin control del Estado. Detalló que los funcionarios del sector saben de la negativa de los importadores a comprar trigo transgénico y que cadena rechazó la aprobación de esas variedades. “Es altamente riesgoso seguir permitiendo la siembra indiscriminada de trigos transgénicos, jugando con la posibilidad cierta de alguna contaminación y que un barco con trigo argentino sea rechazado por nuestros clientes”, definió.

En sintonía, dejó saber que “hace 20 años que sabemos que el 30 de abril de 2021 vencía la concesión de la hidrovía, verdadera columna vertebral por donde sale el 80% de la riqueza argentina. Llegamos a la fecha de vencimiento sin siquiera la publicación de los pliegos para el llamado a licitación. No estamos hablando de pintar un monumento, hablamos de la salida que es elemental para la producción argentina y sólo se hizo una prórroga precaria de la concesión por 90 días. ¡Juegan con cosas que no tienen remedio!”.

Hoy el trigo argentino es un producto de exportación llegando a mercados impensados, en un nuevo abanico de clientes donde Brasil se mantendrá en el orden del 40% de las exportaciones nacionales. Remató con que “las condiciones de clima, tecnología, precios y mercados forman un escenario favorable para la producción”.