
Para la vicepresidenta de la Federación del Citrus de Entre Ríos, Melania Zorsi, la sequía del verano afectará toda la temporada citrícola. Si bien la experta habló en el marco de la evaluación del plan de lucha contra HLB, en torno al evento climático determinó que “transitamos un retraso en el inicio de cosecha, pero esto es recién el comienzo de una temporada difícil, donde los volúmenes serán menores y de una calidad reducida por falta de calibre y algunos problemas sanitarios agravados por la sequía. Los resultados de la sequía a simple vista son: menor rendimiento por hectárea, serios problemas en la comercialización por falta de calibres comerciales (tamaños chicos) que no podrán venderse como fruta fresca y deberán destinarse a industria, todo esto conlleva a la reducción de fruta con condiciones comerciales ideales para su venta tanto en el mercado fresco interno y o de exportación”.
La experta destacó que la Federación renovó con el gobierno entrerriano el convenio para facilitar la lucha con el HLB. Dicho programa de monitoreo en conjunto entró en su tercer año consecutivo de vigencia. El mismo contempla la conformación de grupos de productores para fortalecer la capacitación, el monitoreo del vector y definir estrategias de manejo de la plaga y acciones tendientes a la erradicación de la enfermedad en casos de detección de la misma. A su vez, indica que el equipo técnico del programa deberá estar conformado por un coordinador general; dos coordinadores territoriales, uno para la zona norte y otra para la zona sur del área productora citrícola; dos monitoreadores por cada una de las cinco asociaciones de citricultores; y un personal informático-administrativo.
La ingeniera agrónoma resaltó la importancia de que en el año 2017 se hayan implementado los primeros monitoreos del insecto vector de la enfermedad en el macizo citrícola provincial: “Esta característica de haberse adelantado a la llegada de la misma a la región, nos permitió formar recursos humanos capacitados en el reconocimiento de la cigarra Diaphorina citri y de la enfermedad. Es importante destacar que este plan está incluido dentro del Programa Nacional de Prevención del HLB llevado adelante por Senasa. Toda la información recabada es registrada en el sistema de monitoreo, poseyendo de este modo carácter oficial”, añadiendo que el personal técnico del programa fue formado por técnicos especialistas en HLB, quienes anualmente renuevan sus habilitaciones. “El equipo formado viajo a Brasil donde logro capacitarse directamente en la sintomatología de la enfermedad”, acotó.
Con respecto a HLB, la vicepresidenta expresó que actualmente no se puede cuantificar en cuanto a reducción de producción, pero si se ha iniciado una estimación de cantidad de plantas nuevas que serán necesarias para replantar lotes afectados por la enfermedad.
A su vez, Zorsi destacó a la citricultura como motor social y económico de departamentos Federación y Concordia, los cuales cuentan con alrededor de 1800 productores de diversos tamaños, con un importante porcentaje de pequeños productores: “Es una actividad con una fuerte institucionalización, cuenta con cinco Asociaciones de productores y una Cámara de Exportadores, teniendo la región las mejores condiciones climáticas y de suelo para la actividad, con disponibilidad de agua de calidad. Es decir, el potencial productivo no tiene techo”.
Por otro lado, se refirió a las dificultades que enfrenta actualmente el sector, afirmando que el escenario nacional complejo condiciona el desarrollo de la actividad, “ya que el sector primario está muy desprotegido con un producto cuyo precio es dependiente del mercado. Esto condiciona la obtención de precios mínimos que posibiliten al productor asegurar una rentabilidad”.
La experta sostuvo que el consumidor demanda cítricos de una calidad constante, los cuales deben presentar una calidad externa e interna compatible con las demandas del mismo. “Para ello nuestro sector debe seguir trabajando en materia fitosanitaria, en un programa de lucha tanto contra el HLB como contra la moscas de los frutos, nuestra principal plaga; y mancha negra, enfermedad que ha recrudecido en los últimos años.
La lucha debe ser continua, no debe estar supeditada a quien conduzca el gobierno provincial y las instituciones del sector, sino que debe ser una política de estado y estar reglamentada como tal en una ley citrícola que deberá consensuarse”, finalizó.
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