Para Fernando González, titular de la Asociación Forestal Argentina, Regional Entre Ríos la actividad "es como una olla a presión”.

Ponderó que las inversiones privadas en energía a partir de biomasa son viables, pero que se necesita apoyo gubernamental para generar las condiciones adecuadas: “En Corrientes, por ejemplo, los proyectos de generación de energía con biomasa están en plena expansión gracias a una promoción estatal clara y sostenida. Entre Ríos debería mirar ese modelo para no seguir perdiendo oportunidades de inversión”.

Lamentó que, pese a contar con ventajas competitivas únicas como la cercanía a los puertos de Concepción del Uruguay e Ibicuy, además de la posibilidad de utilizar el tren, Entre Ríos no haya logrado captar inversiones significativas en los últimos 20 años. “La falta de definición política en la provincia nos ha costado caro. En Corrientes, en cambio, la foresto-industria se entiende como un pilar clave para el desarrollo, y eso explica por qué las inversiones se han dirigido hacia allá”, concluyó.

Describió, para poner en contexto, que la provincia cuenta con técnicos calificados, ingenieros forestales de renombre, viveros privados con desarrollos avanzados y un INTA que lidera en genética forestal. Además, las empresas de servicios forestales locales poseen experiencia y know-how que las posicionan entre las mejores del país. Sin embargo, señaló la falta de un marco propicio para atraer inversiones como el principal obstáculo para el crecimiento del sector.

González enfatizó la necesidad de incrementar la superficie forestal como primer paso para potenciar tanto la producción primaria como la industria, ya que ambas se desarrollan en conjunto. “El consumo de madera en Argentina es muy bajo en comparación con otros países. Mientras que en Europa los pellets de aserrín son clave para la calefacción de hogares, aquí los aserraderos terminan quemándolo sin aprovecharlo. Es una cuestión de poner en valor toda la cadena foresto-industrial para hacerla más competitiva”, expresó.